LA MANSIÓN GRIMALDI ESTABA DE LUTO, hacía una semana que el señor Grimaldi había muerto a manos de aurores en una batalla en el Callejón Diagon. La señora Cornelia Grimaldi y sus tres hijos se encontraban cenando junto a los Black quienes apenas regresaron de su viaje de Albania fueron a visitar a la familia.
—Lamento el fallecimiento de tu esposo, Cornelia.— dijo Walburga Black mirando a su amiga. —Sé cuánto lo amabas, pero deberías estar orgullosa, murió sirviendo a la causa correcta.
—Lo estoy, Walburga.— dijo Cornelia sin expresión alguna. —Y sé que él está contento donde esté... El señor Oscuro eligió a Augustus para que ocupe el puesto de Edmund cuando cumpla los diecisiete años.— Miró a su hijo mayor quien se encontraba conversando con Orión Black.
La familia Grimaldi estaba compuesta de cinco integrantes. El ahora difunto Edmund Grimaldi quien era pocionista se enamoró de Cornelia Gray, tras unirse a los mortífagos, se casaron y tuvieron tres hijos. Augustus, el mayor, quien cursaba su Cuarto Año en Hogwarts, había heredado el cabello rubio platinado de su padre y los ojos grises de su madre.
Después estaba la perfecta Violet quien cursaba su Segundo Año de larga cabellera castaña y mirada grisácea. Y por último la rebelde Olivia quien acaba de cumplir nueve años, el retrato vivo de su madre pues tenía una melena castaña oscura y ojos avellana.—¿Entonces mandarás a Olivia a Francia?— preguntó la señora Black. —No es que sea entrometida, pero quiero recordarte el compromiso...
—Lo recuerdo perfectamente, querida... Viviremos en Francia hasta que Olivia esté por cumplir dieciséis años. Cuando regresemos hablaremos con ellos sobre su compromiso.— Walburga al escucharla asintió y ambas brujas vieron a sus hijos quienes estaban sentados juntos en el jardín.
El niño de mirada grisácea veía a su amiga quien lloraba en silencio, ninguno había dicho alguna palabra. La niña no solo lloraba por la muerte de su padre, sino también porque sabía que al día siguiente se mudaría a Francia y no volvería a ver a su mejor amigo. Permanecieron callados hasta que Sirius tomó el valor para hablar.
—¿Cuándo volverás de Francia, Liv?— preguntó en voz baja. No quería que ninguno de los mayores escuchara.
—No sé cuando, pero de que regreso a buscarte, lo hago.— respondió viendo aquellos ojos grises. —Prometo escribirte, Sirius.
—Y yo prometo no olvidarte.— susurró para sonreír levemente. —Hablo en serio, sabes que eres la única con la que aceptaría casarme.
—Solo en tus sueños me casaría contigo, tonto.— dijo la niña limpiándose las lágrimas. Sirius la miró ofendido. —Puede que cuando sea mayor cambie de opinión, quizás.
Tras soltar algunas risas, ambos se miraron con tristeza, aunque con la esperanza de que se volverían a ver. Lástima que para aquel entonces su amistad no sería igual.
Cuando se enteraron que Sirius había clasificado en Gryffindor y que estaba en contra de los ideales de pureza, la señora Grimaldi decidió ponerle fin a dicha amistad ordenando que se quemen todas las cartas que el chico Black le enviaba.Olivia pensó que Sirius se había olvidado de ella y Sirius pensó que lo había reemplazado por nuevos amigos.
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WILDEST DREAMS | Sirius Black
FanfictionSirius Black juró que nunca se enamoraría de una bruja sangre pura, pero como dicen los muggles nunca digas nunca. Portada por @BeautifulBelieve perteneciente a la editorial @whoispams.