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Me quedé sorprendido sin saber que responderle

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Me quedé sorprendido sin saber que responderle. Él me miraba con ternura.

Mi corazón latía a mil por hora, tragué saliva y lo besé.

—Hazlo.—

Sonrió e introdujo un tercer dedo, besándome suavemente. Mi corazón no podía parar de agitarse. Cada mirada, beso y palabra que me daba me hacía sentir pequeño y hermoso.

Sus dedos fueron reemplazados, y mis piernas las sujetaban sus manos, apretando mis muslos, enterrándose en mí, besándome, con amor, gimiendo en mis labios. Un te quiero tras otro.

¿Y qué otra cosa podía hacer ante aquellas estimulaciones a mi corazón? Decir la verdad.

—Te quiero, hyung.—

Apreté sus hombros, jadeante.

Se sentía distinto a otras veces. Quizá eran sus besos dulces, las sonrisas, quizá, era su voz, susurrandome "Te quiero" al oído durante cada embestida.

Se sentía maravilloso.

—Minho...— Jadeé, mirándolo fijamente con mis ojos entrecerrados. Él me beso, sujetándome entre sus brazos con fuerza. Temblé de placer, mordiendo mi labio inferior ante sus intromisiones. Mi voz incluso, era inestable, no podía mantenerme ante lo bien que me sentía, simplemente irreal. Lo sentía tan cerca de mí, y no físicamente.

—Te quiero hyung... Mgh... Minho hyung...— Gemí. Mi corazón no podía más. Te quiero, te quiero, te quiero.

[...]

Tan abrazados y pegados, que no sabría decir dónde comienzo yo, y dónde termina él.

Sus dedos alzan mi mentón. Una sonrisa dulce y un beso suave.

—Te quiero.—

—Lo has repetido todo el tiempo,
Minho.—  Dije y el bufó.

—Eres un jodido mal agradecido.— Dijo. —Podría pegarte un puñetazo. ¿Pero sabes porque no lo hago?—

—Porque... ¿Es la voluntad de Dios sunbaenim?—

—Que aguafiestas eres, iba a decir que es porque te quiero.— Dijo. Me carcajeé y golpeé su brazo, él devolvió el golpe y comenzamos a darnos manotazos entre risas.

—Se siente mejor así que liarnos de verdad a puñetazos.—

—Que loco todo, ¿No? Pasamos de agarrarnos a puños siempre, a estar acostados, descansando luego de hacer el amor.— Dijo y rió fuerte.

—Loquisimo.— Dije. Me senté,
enderezandome un poco, estirando mis brazos.

—Lo siento por los chupones.— Dijo señalando mi pecho. Reí y alcé los hombros.

—Creo que cobraré mi venganza.— Dije, sentándome sobre sus piernas, él rió, observando mis acciones. Besé su cuello, mordiendo y succionando para dejar chupetones en todo su cuello. Él jadeó un poco y acarició mi cintura con sus pulgares. —Minho...

—¿Sí?—

—Te quiero.—

El mayor rió, mirándome con gracia.

Revisé mi móvil, viendo los mensajes de Chaeryeong. Bueno, las cosas como tenían que ser.

—Bien, ahora tu cuello es un desastre gracias a mí, de nada Honnie.— Dije con burla. Él tomó mi cuello, con delicadeza y me estremecí. Oh dios soy un masoquista, pero adoro sentir a Minho ahorcandome. Innevitablemente, gemí. Él apretó un poco, haciéndome jadear y morder mi labio. Mis caderas ondearon, su boca tomó la mía mordiendo mis labios y lamiendo de éstos. —Mmh, Minho...— Jadeé. Él sujetó mis piernas, acariciandolas. Me alcé un poco, mirándolo significativamente. Minho se alineó a mí, y comencé a bajar, ahogando un gemido. Él gimió, apoyándose en el respaldo de la cama, mirándome con deseo. Jadeé y comencé a moverme sobre, dando saltitos.

—Mmh, ah... Hyung.— Gemí, besandolo.

—Felix...— Jadeó, apretando mi trasero entre sus manos. Nos besamos con intensidad, entre gemidos, con el ayudandome a montarlo.

Es que tengo una suerte... de verás.

Le gusto al mayor playboy de la escuela, y pimpam, estoy saltando sobre él, mientras gime mi nombre una y otra vez.

Soy un puto crack.

—Joder Felix...— Gimió él, besándome con fuerza.

—Hijo, tuve que volver antes porque...¡OH DIOS!—

YA NO SOY UN PUTO CRACK RETIRO LO DICHO.

[...]

—Entonces...

—¡Lo siento mamá! ¡Dijiste que no llegarías y me confié!— Dije totalmente avergonzado. Ella suspiró y miró a Minho, evaluandolo con la mirada.

—¿Y tú?— Preguntó mirándolo. —Dime tu nombre, edad, clase, y qué quieres con mi hijo.—

—M-Me llamo...

—¡Con fuerza!—

—¡Me llamo Lee Minho, señora!— Dijo firme y recto, como si fuera un militar.
—¡Tengo 18 años, estoy un grado más arriba que su hijo y la verdad es que quiero ser su novio!—

—¿Quieres ser mi novio?— Pregunté incrédulo.

—Felix, he estado diciéndote que te quiero y te necesito todos estos días, ¿Creías que era para salir a tomar el té? Claro que es porque te quiero como novio.— Dijo haciéndome una mueca, se la respondí y comenzamos a hacernos burla.

—Nininininini.— Dije mostrándole la lengua.

—Ninininini.—

—¿Y Chaer?— Preguntó ella. Me puse tenso.

—Yo... terminaré, bueno terminé con ella por mensaje, nos veremos para hablar de ello.— Dije. Minho apretó mi mano. —Ya no siento lo mismo, y sé qué es horrible haberle hecho esto pero... No pude evitarlo.—

—Okay. Vayan a darse una ducha, niños mugrosos.— Dijo con una mueca de asco. —Ahora si me iré, y no vuelvo.—

Por favor que así sea.

Por favor que así sea

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Cómo no enamorarse de tu rival fácil y rápido [Minlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora