Se aceptan pedidos. Solo pido paciencia.
➹Chico x chico
➹+18
➹ Algunos capítulos tienen temas sensibles, si no te agrada lee la advertencia del inicio de esos capítulos.
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➷Historias 100% mías.
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Abrió sus ojos con pereza, a juzgar por la oscuridad que aún se cernía sobre el lugar, pudo suponer que era de madrugada. Se volteó hacía su lado derecho, donde no logró ver a su novio a su lado. Esto se le hizo extraño.
Se enderezó un poco sobre sus codos, mirando a ambos lados, notando que el menor se encontraba afuera, justamente en el balcón de aquella amplia habitación.
Sonrió con alivio tras verlo y con algo de pereza se levanto de la cama, caminó un poco hasta llegar a la puerta de vidrio del balcón, la cual estaba abierta. Salió y se acercó de forma lenta y tranquila al menor, con cuidado lo abrazó por la cintura, provocando que este diera un ligero salto, esto generó que el mayor riera con ternura.
"¿Que haces aqui?" -preguntó recostando su barbilla sobre el hombro del más joven. Podía apreciar, desde su posición, con claridad las pocas luces de la ciudad. "¿Andas de exhibicionista?" -preguntó con gracia al menor, pues este se encontraba solo en bóxers. El frío podría no ser un problema, ya que estaban en verano, pero aún así, le daba un poco de celos que el menor se encontrara ahí asomado de esa forma, sobretodo porqué alguien podrían pasar por ahí y verlo de esa forma...
El menor rio un poco. "No digas tonterias" -dijo con gracias para acariciar con cariño los brazos que lo sujetaban por el abdomen. "¿Tu que haces aquí?"
Pedro rio. "Yo te tengo la misma pregunta" -dijo cerrando sus ojos, disfrutando del aroma que emanaba del menor.
"Mmm, yo lo pregunté antes que tu"
El mayor suspiro, en forma de derrota. "Bueno... Me desperté y no te vi a mi lado, entonces... Vine a buscarte" -dejó un corto beso en el cuello del contrario.
"Ah, entonces, ¿extrañabas mi calor?" -soltó una pequeña risa.
"Ujum"
Pablo sonrió con la respuesta de su pareja. "¿Que hora es?"
"Cuando me levanté eran las dos y media" -respondió de forma despreocupada.
El menor solo asintió un poco. Hubo un silencio que duró unos cuantos minutos, pero a pesar de esto no era incomodo, la compañía mutua los hacia sentirse en paz. Al cabo de un tiempo, Pedro comenzó a respirar lentamente sobre el cuello de Pablo, provocando unos leves escalofríos y corrientes eléctricas en este. El menor cerró sus ojos como respuesta.
Pedro comenzó a besar con lentitud el cuello del menor, eran besos cortos y delicados. Despacio comenzó a acariciar el abdomen del contrario con sus dedos, trataba de dibujar líneas imaginarias con la punta de sus dedos, aunque ninguna tenía una forma realmente definida.
