∆[𝕄𝕚𝕤 𝕃𝕠𝕔𝕠𝕤 𝔼𝕟𝕒𝕞𝕠𝕣𝕒𝕕𝕠𝕤]∆

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 11

Estoy asustado... No encuentro como salir de aquí. Decía la débil voz de Ayato en sus sueños.

Corría por el largo pasillo abriendo y cerrando puertas con la esperanza de encontrar la salida.

Escuchaba murmullos, voces femeninas que lo culpaban a él de cosas que ni siquiera había hecho o tan siquiera llegado a hacer.

Asesino.

Asesino.

Asesino.

Tú me hiciste esto.

¡Eres otro fruto prohibido de la familia Aishi!

Maldito.

¡DEJEMME EN PAZ!
Gritó Ayato dejandose ceder ante la impotencia, llegando a colapsar en el frío suelo que su mente había hecho para él.

¡Déjenme salir! por favor.
Dijo con un nudo en la garganta casi impidiendole dejar salir su voz.

Papi... Te necesito.
Dijo dejando que el picor de sus ojos saliera en un mar de lágrimas, se sentía tan vulnerable, se sentía como un niño que ansiaba aferrarse a su padre, a su súper héroe.

Ohh~ pero miren, al dulce e inofensivo Ayato. Llorando como Magdalena. Que estupidez ¿No lo crees, hijo? Escucha decir a la voz de su padre.

¿¡PAPÁ!?
Ayúdame por favor.
Gritó.

¿Por qué te ayudaría? Solo eres algo que no debío tan siquiera llegar a nacer. Por tu culpa es que vivo en un infierno, ahora te devolveré el favor, espero que disfrutes tu nuevo hogar, hijo.~
Dijo la voz desvaneciéndose.

Ayato ante esas palabras sintió su corazón quebrarse, un dolor punzante que quemaba hasta el fondo de su garganta.

Es una pesadilla, no es real, papá jamás diría eso. Papá... No. Papá no lo haría. Dijo intentando convencer a su corazón.

JAJAJA

Escucha Ayato una risa a la lejanía.

¿En verdad crees que solo es un sueño?
No, no, no. Dijo con burla la voz.
Nosostros, todos nosotros somos las pobres vidas que fueron tomadas por tu familia.

Dijo así dejando ver qué en las paredes empezaban a emerger rostros deformados junto con brazos que empezaron a intentar agarrarlo