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Eskel se quedó mirando la espalda de Jaskier mientras se alejaba entre los árboles. Todas sus características concordaban con la descripción que tenía del bardo de Geralt, entonces, ¿por qué había reaccionado de esa manera?

Al principio pensó que la luz del fuego y la cercanía habían vuelto más notorias sus cicatrices, que el fénix se sintió incómodo con su apariencia y había huido como normalmente hacen todos. Sin embargo, cuando se detuvieron frente a Scorpion y Lil' Bleater, Eskel tuvo unos segundos para calmarse y analizarlo mejor. El olor del miedo ya no estaba en el aire, sólo enojo, tristeza y resentimiento, lo que claramente indicaba que algo había pasado entre su hermano y el bardo.

Pero ¿qué? Cada invierno durante casi dos décadas, Geralt no había hecho más que hablar bien de Jaskier. A su manera, claro, pero Eskel lo conocía lo suficiente como para saber que el bardo era importante para su hermano. Incluso, había llegado a sentir envidia.

Toda persona que conociera las baladas del Lobo Blanco sabía que el brujo tenía a su bardo locamente enamorado. Era evidente, ya sea por las letras de sus canciones o porque los habían visto juntos, el pobre humano mirando siempre con profundo amor al estoico mutante. Eskel había oído todos los rumores. Los escuchó tantas veces, que las historias se volvieron nítidas imágenes en su cabeza.

Al principio, se conformó con el alivio de saber que su hermano había tenido tanta suerte. Pero luego de unos años, un vergonzoso sentimiento de envidia se alojó como un parásito en su pecho. Y más tarde, pasando la primera década, un poco de esa envidia ya se había transformado en molestia, porque luego de tanto tiempo, Geralt no era capaz de notar lo que tenía junto a él.

Aunque nunca lo dijo, Eskel también deseaba algo como eso, alguien como Jaskier. Pero se había resignado a que jamás lo tendría, y aunque era muy probable que la relación del bardo y Geralt se hubiera quebrado en algún momento que desconoce, Eskel aún sabe que no tiene oportunidad. No le haría eso a su hermano, y aunque lo intentara, sabe muy bien que Jaskier jamás aceptaría viajar con alguien como él, mucho menos dedicarle alguna canción.

Sin embargo, cuando vuelve a encontrar al bardo al día siguiente, en medio del comercio en un pueblo cercano, aún es lo suficientemente valiente como para tocar su hombro, llamando su atención, y no le hubiera sorprendido si Jaskier lo miraba con molestia, rechazo o incluso asco, pero definitivamente le sorprendió la sonrisa que nuevamente recibió a cambio.

—¡Eskel! No esperaba verte de nuevo tan pronto —dice el bardo, y aunque su efusividad llama un poco la atención de los citadinos y algunos se quedan mirando su rostro, Eskel no puede evitar sonreír de vuelta.

—No estaba seguro de si debía acercame —dice Eskel con sinceridad—. Sólo saludaba.

Jaskier ladea la cabeza en aparente confusión, y luego parece darse cuenta de algo antes de responder.

—Oh, sí. Lamento mi dramática despedida anoche, tengo un montón de mierda en la cabeza, pero no debí pagarlo contigo —dice Jaskier, de pronto agachando la mirada con una incómoda sonrisa que activa las alertas de Eskel.

—¡No, está bien! —dice de inmediato, acercando una mano por acto reflejo pero deteniéndola a medio camino—. Lamento si pasó algo entre tú y mi hermano, no lo hubiera mencionado de haberlo sabido.

Los ojos azules parecen haber notado su torpe intento por establecer contacto, porque de la nada la sonrisa de Jaskier se vuelve genuina y, antes de que pueda reaccionar, el bardo toma su mano y lo jala hacia él.

—No hablemos de eso, ¿por qué no mejor te invito un trago mientras me ayudas con una canción? —pregunta el bardo mientras camina de espaldas, y Eskel intuye que no aceptará una respuesta negativa, pero tampoco tiene la intención de dársela.

Sonríe tan pronto sale de su estupor, asiente con la cabeza y apresura sus pasos para seguirle el ritmo. No suele entrar a las tabernas durante el día, pero Jaskier le estaba ofreciendo estar presente durante la creación de una de sus canciones, ¿cómo podía negarse a eso?

Le iban a cobrar caro en el establo donde dejó a Lil' Bleater y Scorpion, pero por una vez, no le importó si quedaba en quiebra.

Burn | JeskelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora