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Pasaban los días y se hacía mas tedioso tener que aguantar un Zoro de diecisiete años y un Sanji de diecinueve peleando por cualquier estupidez sin sentido.

El Zoro de ahora parloteaba por todos lados, se reía de cualquier estupidez que haga Luffy y acompañaba a Chopper en cada cosa que él hacía. De pronto, lo perdieron de vista... ¿Dónde se había metido?

Zoro terminó en la cocina caminando y curioseando a su alrededor, viendo con detenimiento y quizás apreciación todos y cada uno de los utensilios de cocina que yacían bien ordenados y afilados por el cocinero de la tripulación.
Cuando Sanji entró, rodó los ojos con hastío al pensar que quizás iba a tener que luchar con él en plena cocina cuando ya había ordenado y limpiado todo...

S: ¡Oi! La cocina no es para mocosos como tú, lárgate, pequeño marimo idiota! —Le gritó mientras encendía un cigarrillo y lo miraba con molestia

Zoro, sorprendido y entristecido, hizo un gesto con la boca y retrocedió en silencio, se dio la vuelta y al pararse sobre la puerta, dijo...— Z: Lo siento, no quise molestar... —Y se fue, saliendo por la puerta, avisándole a su capitán que iba a estar en lo alto del barco y que posiblemente se duerma, así que no era lo mejor ir a molestar

—Sanji se quedó en su lugar, sorprendido y mudo por las palabras, la expresión facial y las acciones de este nuevo Zoro... sintió una extraña punzada dolorosa en el pecho denominado culpa, quizás había sido demasiado brusco con él... no le dio importancia y suspiró frustrado dedicándose a cocinar.

Tocaron las ocho de la noche, Zoro no había aparecido en todo el día y Luffy aseguró haberlo visto dormido, aún así, Sanji en el fondo se preocupaba, al igual que Usopp y Chopper, pero Zoro les había dicho que no vayan a molestarlo hasta mañana. Así que era mejor prevenir antes que lamentar

S: Maldito marimo idiota... Ha anochecido y él no comió nada de lo que le dejé sobre la puerta... Me preocupa que se haya tomado mis palabras muy a pecho... —Cortaba con rapidez y con fuerza aquellas cebollas para meterlas a la sartén con fuego junto con pimienta y otros ingredientes

U: Oi, Franky... ¿No crees que debamos ir a ver como está Zoro...? Me ha preocupado desde que me enteré que se comió ese dulce raro... —Dijo Usopp pensativo y preocupado por su nakama

F: Idiota, no molestes a un hombre cuando tiene que pensar...déjalo solo, él está bien —Contesto Franky recargando sus botellas de Cola en la maquina expendedora.

C: A mi también me preocupa Zoro... Quizás deba ir a buscarle alguna herida...  —Pensó en voz alta Chopper mientras intentaba pensar en algún plan

N: Detente, Chopper... Franky tiene razón, hay que dejar que Zoro se espabile solo... Si invadimos su espacio personal, podemos agobiarlo y los efectos podrían tardar más en irse... —Intervino Nami mirando a lo lejos donde yacía Zoro— Él tiene que volver... —Murmuró convencida de que todo eso se iba a solucionar pronto

Las doce llegaron, las nubes se despejaron y las estrellas tomaron punto principal del cielo nocturno. Todos dormían, o al menos eso indicaban sus ronquidos... Zoro salió de su lugar y se sentó en el suelo a contemplar el paisaje en silencio... algo confuso consigo mismo por las extrañas sensaciones que le atacaban de vez en cuando, proyectando inconscientes recuerdos en su memoria de las incontables batallas y heridas que tuvo, cosas que él en ese preciso momento no se acordaba tener...
Tampoco recordaba haber dominado tan bien el estilo de las tres espadas... no recordaba haber perdido a Kuina y mucho menos...haberse convertido en pirata, siendo lo que más odiaba...
Que ironía...¿Verdad...?

Cuchillos y EspadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora