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Sanji's pov

No tuve tiempo de explicar nada...nisiquiera de decir una sola palabra.

Todo fue muy rápido y no esperaba menos de él... Sus labios me atraparon volviendo a esa danza tan adictiva e hipnotizante que solo este momento podía darme. Caí entre la cama que habia allí y Zoro no tardó en posarse sobre mí, impidiendo que hiciera cualquier otra acción que no fuese besarlo, como yo tanto quería...

Sus manos viajaron a mi camisa, donde volvió a desabotonarla y esta vez, quitarla a ambos pares, dándole una vista plena de mi abdomen a medio marcar, ademas de la gran parte desnuda de mi cintura y cadera expuestas a él, para él. Subían y bajaban en un vaivén lento, dándome cierto escalofrío al tenerlo tan de cerca de mi, con sus manos a mi piel expuesta y sus labios más pegados a los míos que nunca.

Asi pasamos los ultimos 30 minutos de la noche, con ciertos besos por ahí y por allá, hasta que decidimos silenciosamente subir un poco mas allá, adentrarnos en nuestros verdaderos deseos, nuestras verdaderas intenciones.

Zoro quitó su camisa y siempre que lo veía, siempre me asombraba cada vez más. Su perfecto, tonificado y marcado abdomen salió a relucir entre la luz que la luna encandilaba, no pude evitarlo aunque intenté contenerme... Llevé mi mano hacia su piel desnuda y acaricié con sumo cuidado su torso, lleno de cicatrices de batallas pesadas y algún que otro lunar se escapaba por ahí entre mis ojos y la adoración temprana que le tomé a su cuerpo.

Z: ¿Te quedarás solo a mirarlo? —Preguntó él con su tonta sonrisa en la cara—

—Me sonrojé al instante al darme cuenta tarde que había pasado más del tiempo debido mirando y tocando su torso. Tragué saliva y con cierta molestia lo empujé hasta la cama donde me arriesgué a tomar la iniciativa de este lujurioso y peligroso juego en el que me había metido de lleno.—

¿Puedes simplemente callarte? Estás molestándome mucho —Me atreví a acercarme a sus labios otra vez, con la diferencia de que no iba a besarlo, solo roce mis labios con los suyos y lo miré todo desde mi panorama, y sinceramente...se veía mejor de lo que alguna vez imaginé...—

—Zoro soltó un gruñido ante solo el roce de nuestros labios y supe que no se conformaría solo con eso— Z: Me parece injusto que estés haciéndome esto cuando tienes más ropa que yo —Emitió otro gruñido esta vez llevando sus manos a mi cintura cuando empecé a moverme encima de él—

—Empezaba a gustarme tenerlo así, hacerlo sufrir de esta forma...Empezaba a gustarme ver sus expresiones mientras yo hacía lo que le hacía. Empezaba a gustarme tenerlo...así.

Solo me moví un rato más hasta que sorprendentemente me cambió los papeles en el juego, haciéndome caer abajo de su fornido cuerpo, tomándome desprevenido al momento de darme cuenta dónde estaban yendo sus manos.—

E-espera... —Intenté detenerlo entre mi repentino ataque de nerviosismo, pero me calló contra sus labios, impidiéndome de nuevo, poder decir una sola palabra—

Z: Siempre sueles jugar con fuego ¿Ahora te detendrás? —Me preguntó él de esa forma tan seductora y sensual que su voz tenía por desgracia—

—Un momento... ¿Estaba retándome?
Oh...fue lo peor que pudo haber dicho. —

No te pases de listo conmigo, b-bastardo... —Lo miraba entre jadeos con signos de molestia en mis ojos al separarme abruptamente de sus labios—

Z: ¿Alguna vez te he mentido, Sanji? —Preguntó esta vez acercándose a mi cuello para dejar un infinito camino de besos lentos sobre la extensión de mi piel, causándome choques eléctricos en lugares que prefería no decir.—

Cuchillos y EspadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora