Capítulo 5: Obsesión

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Alice Johnson ¿Por qué me dejaste Alice? ¿Todo para irte con él? Que mal que al final te dejo al igual que tu lo hiciste conmigo, pero tu pudiste superarlo, yo a ti no, nunca lo he intentado tampoco, no te sales de mi cabeza en ningún momento, me tienes loco Alice, siempre me he imaginado estando contigo y a tu lindo Daniel estando conmigo, el jugando y nosotros observándolo como buenos padres que seríamos, pero... Prefieres pasar tu tiempo con el riquillo de Paul, como lo detesto, el puede estar junto a tí pero yo no, en fin, esta noche por fin serás mía, solo mía, ni siquiera Paul podrá impedir que te lleve conmigo 

—Oh, Alice, mi amada y hermosa Alice, esta noche ambos podremos volver a reencontrarnos, juntos, como antes, solos tu y yo— Aquel hombre de identidad desconocida estaba en un cuarto el cual tenía las paredes llenas de fotografías de Alice, y tenía una en especifico que estaba enmarcada, este tipo claramente tiene un serio problema mental. 

7:32 P.M 

—Falta media hora para poder tenerte en mis brazos Alice, por fin podré volver a sentir tu suave y blanca piel junto la mía— Otros hombres vestidos de negro estaban esperando fuera de la pequeña cabaña que estaba en medio del bosque, luego nuestro misterioso sujeto sale de allí, mira con detenimiento a cada uno de los hombres que hay fuera de allí y con una sonrisa un tanto enferma dice —Ahora— los tipos se suben a dos camionetas y comienzan a conducir a gran velocidad, llegan al restaurante y ubican al objetivo, hacen que las luces del restaurante se apaguen y la toman por la espalda llevándola a la camioneta, pero antes de que la pudieran subir el sujeto llega y ordena que la suban a la camioneta en la que el llegó, los hombres se miran entre si y siguen sus órdenes. 

Suben a la chica a la camioneta y llegan a aquel lugar del bosque, ambos jóvenes se quedan fuera cuidando que nadie pueda llegar a la cabaña de su jefe

—Oye tú ¿Por qué terminaste trabajando para este loco?— Preguntó Knigth a su compañero

—Lo hice por un favor que le debía, luego de esto mi deuda queda saldada ¿Y tú? ¿Qué haces aquí?— Respondió Stansell

—Bueno... Estoy aquí porque vengo huyendo, este tipo me da alojamiento y comida con tal de que lo ayude a hacer todas estas cosas—

—Oh... Entiendo... Bueno, será mejor que prestemos atención, no vaya a ser que nos ma- 

Stansell cayó al suelo con un disparo en la parte trasera de su cabeza, Knigth entra en pánico al ver a su compañero en el piso, trata de escapar pero ya era muy tarde, Dorian le disparó lo más rápido y preciso posible, y para la mala suerte de Knigth el disparo lo alcanza justo en el corazón, lo último que sus ojos vieron fue la inusual figura que estaban formando las urracas en el cielo, una especie de torbellino que se iba alejando. Su corazón se detuvo y, con los ojos aún  abiertos, derramó una lágrima antes de partir.

—Bastardo— Dijo Dorian escupiendo su cadáver. 

/En la cabaña\

—Hola mi amada Alice, me recuerdas ¿Verdad? Pues claro, como podrías olvidar al amor de tu vida— Soltó una risa cínica 

—¿A-alex?— Dijo Alice un poco aturdida 

—Esto es increíble, sabía que me recordarías— Se acerca a ella y le da un abrazo, Alice entonces logra morderlo justo en el cuello —Agh, eres una maldita estúpida demente— La abofetea con gran fuerza dejando su mano marcada en su cara. 

—¿Enserio me estas llamando demente a mi? Me tienes secuestrada Alexander, el único demente aquí eres tú— El se acerca agresivamente a ella respirando bastante agitado

—Oh vamos mi amor, no me hables así, después de esto podemos ser la familia feliz que siempre quisimos ser— Sonreía de una manera un tanto perturbada, con los ojos bastante abiertos

—Alex... Lo nuestro pasó en la preparatoria, fue hace mucho tiempo, cada uno hizo su vida, éramos jóvenes, no éramos ni somos lo que necesita el otro, déjame ir por favor, yo ya tengo una familia, Daniel me espera, déjame ir— Rogaba desesperada pero no muy agresiva, no sabía de lo que era capaz ese tipo.

—No puedo Alice, tu tienes que ser solo mía, de nadie más, ya me dejaste una vez por alguien más, no permitiré que eso suceda de nuevo— Colocó la cinta en su boca y uno de sus guardias le advirtió de la presencia de Paul y sus guarda espaldas en el área —Mierda, mierda ¡¡¡MIERDA!!!— Golpeo una de las paredes de la cabaña —Okey, emmm... Yo me iré, no me pueden atrapar, ustedes se quedan protegiendo a Alice, matan a esos tipos y la llevan a mi casa ¿Entendido?— Los guardias respondieron y comenzaron a estar atentos a los alrededores de la cabaña —Nos veremos de nuevo mi adorada Alice— Besó su frente y salió corriendo de la cabaña como un cobarde, minutos luego de esto, entraron los guardaespaldas de Paul. 

/A mitad del bosque\

Alexander iba caminando por el bosque trastabillando mientras la luz de la luna llena lo iluminaba, de fondo, se podían escuchar los graznidos de los cuervos. 

—Alice... Alice... Alice... Alice...— Era todo lo que salía de su boca, ni una sola palabra distinta que no fuera su nombre. Las raíces que sobresalían del piso rasgaban el pantalón y la piel de Alexander, haciéndolo tropezar una y otra vez, su cara solo mostraba una expresión vacía, como si fuera un simple cuerpo andando por ahí... Sin alma... Sin espíritu... Sin vida... 

Una misteriosa silueta se escabullía frente a Alexander, ésta misma salió de su escondite, y en cuestión de segundos el cañón de un revolver estaba apuntando directamente a la frente de Alexander. —¿Q-quien eres?— Alexander se dejó caer de rodillas frente a esta misteriosa presencia rogando por su vida. 

—Trataste de lastimarla... Eso nunca te lo perdonaré— Accionó el arma y el cadáver de Alexander cayo al suelo con la cabeza reventada —Yo soy la única persona que tiene derecho de hacerla sufrir— Guardó el revolver y desapareció en la neblina que comenzaba a aparecer en lo profundo de aquel bosque. 

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⏰ Última actualización: Jul 05 ⏰

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