Capítulo 9: 𝐒𝐨𝐜𝐢𝐮𝐬.

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Peter Parker se encontraba en la sala de estar del apartamento de Iris, esperando pacientemente que ella llegara. La mañana estaba tranquila, y una suave ventisca se observaba tímidamente por las ventanas.

Miru, el pequeño gato negro, había encontrado su lugar favorito en el regazo de Peter y ronroneaba felizmente mientras lo acariciaba. Parecía haberse encariñado con él tanto como Peter se acostumbró a su compañía.

Peter había pasado gran parte de la noche reflexionando sobre su situación. Había llegado el momento de tomar una decisión importante: regresar a su apartamento y retomar su trabajo como detective privado y vigilante de la ciudad. Sabía que no podía quedarse indefinidamente en el apartamento de Iris, incluso si disfrutaba enormemente de su compañía.

Iris había sido su refugio, su apoyo, y su amiga en un momento en que lo necesitaba desesperadamente, pero también tenía que aprender a mantener un equilibrio en su vida. No podía depender de ella por completo, y tenía responsabilidades que requerían su atención.

Pero no quería separarse de ella.

Mientras reflexionaba sobre todo esto, se preguntaba cómo podría transmitirle esta decisión a Iris sin causarle preocupación o angustia. Sabía que ella valoraba su compañía, no quería que pensara que la estaba dejando de lado o que solo era un aprovechado que ya había obtenido lo que necesitaba.

Necesito expresar bien mis sentimientos y gratitud.

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Enero había llegado a la cuidad. Los días más fríos y congelados de la temporada, habían llegado. Atrás quedaron la mayoría de días lluviosos, ahora se podía ver la majestuosa y gruesa capa se nieve por todos lados.

Era como si un manto pulcro hubiera cubierto a la cuidad, se veía hermoso.

Perfecto para disfrutar estar al lado de la chimenea, comiendo malvaviscos y contando historias.

Iris se encontraba de regreso en su casa después del patrullaje matutino habitual. Había descansado hasta tarde varios días después de las fiestas pero no podía dejar a la cuidad desatendida. No quería que Peter volviera a su "trabajo" heróico lleno de problemas por todos lados.

La fémina dejo el periódico que había traído consigo encima de la mesa de la cocina y trato de arreglar su cabello en una trenza.

Ella adoraba sus rizos pero no podía negar que a veces le complicaban la existencia. Era difícil mantenerlos en un solo lugar y ordenados, por eso prefería mantener su pelo tomado.

Pareciera que ese día en específico, su cabellera rizada no quería cooperar con su cometido y estaba batallando por desenredar un poco su cabello para ir no pareciera una especie de nido.

A este paso, voy a arrancarme algunos mechones.

— ¿Necesitas ayuda? —se sobresalto un poco, no lo había escuchado acercarse.

— La verdad, me vendría bastante bien. Se me están empezando a acalambrar los brazos por tenerlos alzados mucho rato.

Peter se acercó a Iris despacio. Iris pudo notar que se había bañado hace poco. El distintivo olor a jabón llegó a su nariz, dejando una sutil fragancia en el aire que ella pudo percibir perfectamente gracias a la cercanía.

— No soy un experto pero definitivamente puedo ayudar.

Iris se quedó quieta de espaldas mientras sentía como Peter pasaba sus dedos entremedio de su cabello. Era suave y cuidadoso, sentia que estaba tomándose su tiempo para no jalarle el cabello o lastimarla de ninguna manera.

𝕽𝖊𝖙𝖗𝖔𝖚𝖛𝖆𝖎𝖑𝖑𝖊𝖘 - Spider NoirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora