Capítulo 4: 𝐀𝐝𝐢ó𝐬.

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Perdonen la tardanza! Pero tengo una excusa, lo juro!
Soy de Chile y pues a estado lloviendo mucho.
Trataré de actualizar más rápido, los quiero <3

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La noche envolvía la ciudad de Nueva York en su manto oscuro y misterioso, mientras Spider-Man Noir se movía silenciosamente entre los tejados y callejones, siguiendo las indicaciones de la misteriosa nota. Su mente estaba llena de determinación y anticipación, sabiendo que esta podría ser la oportunidad de capturar al escurridizo titiritero antes de que causara más daño.

No había estado muy convencido de la veracidad de las notas incluso después de ver las primeras dos imágenes pero la cuerda trenzada que se podía ver en la última fotografía... Era definitivamente la misma cuerda singular que aparecía en las escenas del crimen.

Debía confiar. Por las posibles víctimas, tenía que hacerlo.

El edificio 057 del West Street se alzaba imponente ante él, y su mirada se clavó en la fachada, buscando señales de actividad o peligro. Con cautela, se movió hacia la entrada, confiando en sus sentidos agudos y su habilidad para detectar cualquier amenaza oculta.

Al ingresar al edificio que más bien parecía una bodega abandonada, su sentido arácnido lo guió por algunos pasillos oscuros y silenciosos, hasta que finalmente llegó a una puerta entreabierta. Sus pasos se detuvieron al escuchar susurros apagados y gemidos lastimeros provenientes del interior. Con sigilo, empujó la puerta y se adentró en la sala, trepado al techo. Debía ser cuidadoso si no quería llamar la atención del asesino y que las víctimas sufrieran más daño.

La escena que se presentó ante él lo llenó de horror y rabia. Dos mujeres yacían medio inconscientes, magulladas y atadas con cuerdas trenzadas en una grotesca imitación de marionetas.

Sus articulaciones habían sido dislocadas, se podía notar por las posiciones tan extrañas en las que se encontraban sus extremidades. Su cabeza sangraba y la ropa estaba hecha girones, tenían varias aberturas que parecían haber sido causadas por un cuchillo u objeto filoso y se observaban varios moretones en distintas partes del cuerpo. Noir notó que habían tratado de safarze de las amarras en sus muñecas pero solo lograron que el roce las enrojeciera y lastimara. Una de las mujeres parecia haberlo intentado con tal ímpetu, que sus muñecas tenían sangre seca al rededor de las cuerdas.

Pero sus poses eran lo que más ira le causaban a Noir. Ambas estaban colgando sin poder tocar el suelo, con sus brazos hacia el techo y sus piernas estiradas en una especie de split. Sus caras reflejaban el dolor que sentian y Peter sentía que estaba mirando a dos muñecas bailarinas rotas.

Era una escena espantosa.

El titiritero estaba allí, mirándolas con una mezcla de satisfacción y enajenación, sosteniendo un bate de béisbol ensangrentado en una mano.

— ¡Por favor, ya basta! ¿¡Qué fue lo que te pudimos haber hecho como para que nos trates de esta manera, para que nos lastimes de esta forma!? — el bate que sostenía el hombre fue levantado y golpeó la cintura de la mujer que gritaba. El sollozo de dolor de la mujer y el alarido de miedo de su compañera resonaron en la habitación.

— ¡Silencio! ¿Es que todavía no has aprendido? — agarrando bruscamente el rostro de la mujer, hizo que lo mirara a los ojos — Las muñecas ¡NO HABLAN!

El hombre iba a volver a levantar el bate para dar otro golpe. Las mujeres habían cerrado sus ojos pero el golpe nunca llegó.

— ¡Detente ahí, monstruo! — gruñó Spider-Man Noir, su voz resonando con una intensidad amenazadora.

𝕽𝖊𝖙𝖗𝖔𝖚𝖛𝖆𝖎𝖑𝖑𝖊𝖘 - Spider NoirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora