El Comienzo

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Era una hermosa mañana de Junio, el sol alumbraba mi habitación por la ventana, era relajante sentir la luz en mi rostro, por una extraña razón, me daban más ganas de comenzar el día, aunque habían veces en las cuales despertaba horrible, por todo lo que tomaba y fumaba, y el sol no apoyaba, pero ahora no, hoy era diferente.

Me levanté rápidamente y dí unos cuantos pasos hasta llegar al baño de mi cuarto. Aproveché de orinar y ver como había despertado. Mis ojeras cada vez eran más grandes, más notables.

Tomé rumbo al armario, donde saqué una polera celeste, unos jeans y unas zapatillas Converse, sólo tardé unos minutos, nunca he sido complicado con el asunto del vestuario.

Abrí la puerta y recorrí los pasillos de el piso en donde me encontraba, hasta llegar a las escaleras, sinceramente, ya quería llegar a la cocina, tenía demasiada hambre, como un zombie buscando cerebros.

Al llegar a la cocina, lo único que pude mirar, bueno, era muy notorio, fue a Murdoc, sentado con su rostro apoyado en la mesa.

- ¿Mu-Murdoc? -preguntó el vocalista con un tono algo tembloroso.-
- ¿Qué quieres, Face-ache?
- ¿E-Estás bien?...
- ¿En serio quieres saber? ¡¿En serio?!
- Tra-Tranquilo...
- ¡¿Cómo quieres qué este tranquilo?! ¡¿Cómo?!
- Ni siquiera sé que...Que te paso.

El bajista ya se sentía harto de la voz temblorosa y de los comentarios "inutiles" de su compañero.

Se levantó y tiró la pequeña mesa contra la pared, rompiendola en un segundo. 2D ya sabía lo que iba a suceder, así que, mientras el verdoso gritaba y rompía todo lo que veía, Stuart corrió hacia su cuarto, pero su "huida" no duró mucho, ya que una especie de "crujido" se escucho, la cual era proveniente de las escaleras.

- ¡Stuart! -gritó Murdoc desde la cocina.-
- ¡A-Alejate! ¡No...No vengas! -respondió 2D mientras seguía subiendo.-

¿Cómo podría decirle que no subiera?. El sabe perfectamente que su contrario nunca obedecía lo que le decían, ni menos si estaba furioso.

Siguió y siguió subiendo hasta llegar a los pasillos, en los cuales corrió para poder llegar pronto a su habitación, el único lugar "seguro", por ahora, de el hogar.

On Melancholy HillDonde viven las historias. Descúbrelo ahora