On Melancholy Hill

Un Pequeño Mal Entendido (Parte 3/3)

- ¿Qué?...
- Lo que escuchaste, dime ahora.
- Mira, princesa, no estaba haciendo nada con Stuart.
- ¿Por qué mientes? ¿Crees qué soy tonta?
- No, pero...
- ¡Dime, Murdoc! ¡Por favor! ¡Stu me importa mucho, y no me gusta para nada que le hagas daño!
- Pero si no le estaba haciendo daño.
- Oh ¿En serio? ¡¿Tener a una persona contra la pared y con una mano en su boca no se considera como un "daño" físico?! ¡¿En serio crees eso?!
- Pequeña, sólo quería hablar con el, pero se escapó, y no tenía de otra.
- Al menos podrías decirme que querías decirle.
- Je, sólo quería advertirle que si vuelve a sacar uno de mis cigarrillos, pues, simplemente se las verá conmigo.
- Pero...¿No podrías decírselo con un tono más amable? ¡Por favor! ¡Por mi! ¡¿Si?!
- Esta bien, pero no le digas nada de esto a 2D ¿Okay?
- Oh...Em...¡Ha-Hai! ¡Bye Bye! -dijo alegremente la japonesa para luego poder despedirse, al parecer, esto no le molestaba, ni le afectaba en nada.-
- Je, niños, tan inocentes, ni saben como es en realidad es el mundo en donde viven. Ahora, en busca de ese maldito...

Narra 2D

Ya no sabía en donde esconderme, el único lugar "aceptable" era mi cuarto, pero gracias a Murdoc ya no se puede habitar en el. ¡Ya era suficiente! ¡Tengo que ser valiente y decirle todo a Murdoc!

- ¡Face-ache! -gritó Murdoc desde el primer piso, dirigiéndose hacía las escaleras.-
- ¡Waaaah! ¡¿Do-Dónde me escondo?! ¡Di-Dios!
- ¡No hay escapatoria!

Los pasos cada vez se sentían más cerca, al igual que el miedo y desesperación del joven vocalista.

Lo único que hizo fue esconderse entre la ropa de su habitación, la cual llevaba semanas ahí.

Después de subir y subir, el verdoso pudo llegar al cuarto de su compañero.

Ya estaba todo listo, quizás, 2D ya no quedaría con dientes, bueno, de los pocos que le quedaban, pero, una gran duda tenía Murdoc. "¿En dónde diablos estaba Stuart?". Al parecer, el escondite si sirvió.

- ¡Demonios! ¡No sé como pude ser tan tonto! ¡Aggg!

Al terminar la frase, Mudz salió de el cuarto, no servía de nada que se quedará ahí parado como un imbecil plantado en la primera cita.

"No puede ser...Le gané a Murdoc Niccals...¡Le gané a Murdoc Niccals!."