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La tensión que cubrió el anfiteatro después de la aparición de Zeref fue abrumadora.

Los doce Spriggan se prepararon para ejecutar a los miembros de Oración Seis y Crime Sorciére.

Parecía que no había nada por hacer. El repentino rayo de esperanza estaba a punto de ser extinguido enfrente de sus narices. Y de todos los presentes, Erza era la que más lo resentía.

Mientras tanto, Jellal observaba su vida pasar a través de sus ojos. Quizás no había logrado su cometido, pero al menos esperaba haber inspirado a los otros magos para que se levanten y luchen contra el régimen.

Solo se arrepentía de no haber sido claro y directo con Erza, y se lamentaba que ella tuviera que presenciar su final.

El tiempo se ralentizó mientras los doce Spriggan combinaban sus técnicas para acabar con los intrusos, demasiado concentrados en su tarea como para darse cuenta de que algo estaba sucediendo en la arena.

Por lo que no vieron venir el ataque sorpresa, distrayéndolos e impidiendo que cumplieran con su cometido.

Los maestros sobrevivientes y los magos santos que quedaban, formaron una alianza liderada por Makarov.

Al final, Jellal si había logrado inspirar a alguien.

El caos estalló como pólvora. Algunos magos corrieron a las calles de la ciudad, temerosos de lo que podía suceder al no cumplir con las reglas de Zeref.

Y otros se quedaron a pelear por su libertad.

Erza se acercó hacia Jellal y lo liberó de sus ataduras con la espada.

Jellal, aprovechando el momento, le dió un abrazo rápido a Erza antes de ponerse serio.

—Erza, no hay tiempo para explicaciones. Tienes que encontrar un dispositivo dentro del palacio llamado Face y activarlo rompiendo un sello —le proporciona instrucciones detalladas.

—¿Y qué hay de ti? —Erza, confundida pero decidida, preguntó, evidenciando su preocupación.

—Te alcanzaré después. Tengo un asunto que resolver primero —respondió Jellal con una sonrisa triste.

Erza tenía mil preguntas en su cabeza, más que nada sobre el dispositivo que tenía que accionar. Pero después de todo lo sucedido, sabía que las intenciones de Jellal eran acabar con esta pesadilla, por lo que no iba a dudar de su plan.

Antes de emprender su camino, es detenida otra vez por Jellal, quien la sujeta del brazo con suavidad, pero con la mirada cargada de seriedad.

—Una cosa más; si llegas a encontrar una puerta llamada Eclipse, destruyela a toda costa —insiste, confundiendo a la pelirroja.

Mientras el caos se desata, Natsu se dispone a buscar a Lucy.

Pero antes, Erza llega con él y le pone una mano en el hombro.

—Sé que tu único objetivo en este momento es encontrar a Lucy, pero te pido que, si ves una puerta extraña cuyo nombre es Eclipse, la hagas pedazos. Yo tengo una misión que cumplir antes.

Natsu asiente con determinación y se adentra en la confusión reinante, jurando proteger a sus amigos y enfrentar cualquier desafío que se cruce en su camino.

La batalla por el destino del mundo mágico se intensifica mientras cada miembro del gremio enfrenta su propio desafío.

[...]
Lucy y Yukino observaban a la princesa con recelo. Aún estaban impactadas por la revelación de que su plan siempre fue derrocar a Zeref, pero la presencia de la puerta les daba mala espina.

Los Grandes Juegos MágicosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora