wolftsar siendo jily

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Wolfstar siendo jily.

Las traducciones de lo que dicen están al final.

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No era noticia para nadie que Sirius Black y Remus Lupin no se llevaban bien. El pelinegro gastaba todo su tiempo libre intentando conquistar al castaño, mientras este último lo ignoraba o, cuando se ponía muy molesto, lo hechizaba.

Todo este coqueteo sin resultados había empezado en tercer año, cuando Sirius se dio cuenta que el tímido castaño con el cual compartía habitación no solo era tímido, también era lindo. Desde ese momento Black se había propuesto conquistarlo, cosa que no había logrado, según el.

— Mientras más molestes a Snape menos chances vas a tenes de salir con el —dijo Regulus Black, el hermano de Sirius, una tarde después de que el mayor le jugo una broma a Snape.

— Se lo merecía, se metió con Peter.

— No estoy diciendo que no se lo merecía, pero sería más prudente que lo hagas cuando no haya testigos.

— Lo tendré en cuenta, ahora, si me disculpas, me voy a visitar a mi moony.

Con esa última frase Sirius Black salió del Gran Comedor para dirigirse a la biblioteca, donde seguramente se encontraba Remus.

Tal como lo había predicho, ahí estaba, con su cabeza metida en un libro y viéndose extremadamente tierno, según Sirius.

— Moony! Comment va mon loup préféré?*

— Lo que sea que hayas dicho Black, no ne interesa. Si volves por donde viniste, y me dejas leer en paz, te lo agradecería.

— Siempre tan gracioso, no podrías vivir sin mi presencia mon amour. A lo que venía, ¿me harías el honor de poder tener una cita con vos en Hogsmade?

— Pe baech chi'n rhoi'r gorau i drafferthu Snape byddwn yn dweud ie, ond rydych chi'n gymaint o idiot na allwch chi hyd yn oed wneud hynny.*

— Te ves tan lindo cuando me hablas en gales.

— Dije que preferiría salir con el calamar gigante antes que con vos Black. —con esa última frase el castaño abandono la biblioteca para ir a buscar a su amigo.

Paso una semana desde la última ves que Sirius había invitado a Remus, un record si le preguntaban a James Potter, faltaban dos días para la luna llena, y cerca del lago negro Black, Potter y Snape estaban peleando, ¿el motivo? Severus había tenido el descaro de llamar a Lily Evans sangre sucia. Por eso mismo se encontraba boca arriba con los pantalones abajo.

— ¡DEJENLO! —Remus, con su temperamento a flor de piel, se había metido en la pelea para defender al indefendible de su amigo.

—No se va a poder Lupin, el pelo graso de quejicus ofendió a mi amiga y cuñada, créeme que tiene suerte de que lo ataque yo y no Regulus. —le respondió Sirius.

— ¡ME IMPORTA UNA MIERDA, BAJENLO!

Sirius no lo quería bajar, pero, según el calendario lunar que tenia pegado en su cama, faltaba poco para la luna, y las veces que vio a Remus estresado antes de esta siempre terminaba más tiempo en la enfermería, y el no quería eso.

— Ash, esta bien, tenes suerte quejicus, si no fuera por Lupin-

— ¡NO NECESITO LA AYUDA DE UNA BESTIA COMO EL! —grito Snape apenas Sirius lo había bajado.

Black estaba apunto de hacer que se retracte cuando, sin aviso, Remus le pego en la nariz a Snape, haciendo que sangre, y se fue sin decir una palabra.

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Remus no entendía porque había dicho eso, sabía que era verdad, pero Snape nunca le había dicho nada por el estilo. Aunque debió verlo venir: cada vez que en los diarios habían informes sobre hombres lobo nunca dejaba pasar la oportunidad de decirle que todos eran monstruos, todos excepto él.

Fue al único lugar que sabia que nadie iba: la casa de los gritos. No entró, no se animaba, pero se quedó apoyado en el árbol y se permitió llorar. Lloraba porque había perdido a su único amigo, su amigo de la infancia. ¿Quien mas iba a querer al niño raro de cicatrices? Nadie.

Cuando empezó a anochecer decidió emprender camino a Hogwarts, pero sus planes se vieron arruinados cuando una cabellera pelinegra se detuvo frente a él.

— ¡Acá estás! Te estuve buscando toda la tarde. Por favor no te vayas, quiero hablar con vos.

— ¿Ahora que mierda queres? ¿No te basto con arruinar mi unica amistad?

— Venía a hablar justamente de eso. Remus, yo no arruine nada, eso no era una amistad. Las amistades se apoyan y cuidan entre sí, no guardan los secretos de los otros para luego usarlos en su contra solo porque estaban enojados. Te puedo caer mal, pero, en este caso, no podes decir que no tengo razón. Vos te mereces mucho más que eso.

— No me importa Sirius —eso era una vil mentira —Snape era mi único amigo, ahora estoy solo, nadie quiere al niño de largas extremidades con horribles cicatrices.

— A mi me gusta pensar que somos los dueños de nuestro propio destino, somos los capitanes de nuestras propias almas. Vos controlas lo que haces, y si miras a tu alrededor te darías cuenta que cierto pelinegro de ojos hermosos se muere por ser el amigo del niño de largas extremidades con hermosas cicatrices.

— ¿Por qué Sirius? No es tan fácil ser mi amigo. No soy... normal, por algo solo tenía un amigo.

Era momento de sacar la carta del lobo.

— ¿Lo decis por la luna llena? Eso no es algo que hayas elegido, no es tu culpa, si el tarado de Snape cree que por eso sos una bestia el que está mal es el.

Si alguien veía a Remus en este momento tranquilamente lo podrían confundir con un papel.

— ¿Sabes lo de la luna llena? ¿Cómo lo sabes?

— Remus, llevamos seis años compartiendo habitación, no es normal que tu madre se enferme cada noche de luna llena, conecte los puntos en segundo año, los chicos también, pero los obligué a que no digan nada.

— ¿Y por qué coqueteas conmigo entones?

— Remus, te pido salir desde tercero porque siempre me llamaste la atención, pero ese año me di cuenta que me gustabas, y me seguis gustando. Con tus tiernas pecas, tus cicatrices que te dan una aura misteriosa, los suéteres de abuelo que te quedan preciosos, tu amabilidad... ¡Me encanta todo de vos!

— ¿Eso fue una declaración?

— No tenía planeado que lo fuera, pero si así lo queres entonces si, era una declaración.

— ¿Es muy tarde para decirte que me gustaria tener una cita con vos?

Sirius podría saltar de la felicidad.

— ¿De verdad? ¡Si! ¡Por supuesto! Pero primero volvamos a Hogwarts, ya se fue el sol y si nos llega a encontrar algún maestro nos van a castigar. No me puedo permitir manchar tu reputación, no cuando por fin tengo una oportunidad.

Entre anécdotas y coqueteo llegaron a la sala común de Gryffindor, se sentaron en un sillón que estaba enfrente de la chimenea y se quedaron dormidos, juntos.

Fin.

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*Traducción Sirius: ¿Cómo está mi lobo favorito?

*Traducción Remus: Si dejaras de molestar a Snape, diría que sí, pero sos tan idiota que ni siquiera podes hacer eso.

one shots merodeadores Donde viven las historias. Descúbrelo ahora