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- Kunikuzushi, ¿Dónde estuviste todo el día? - preguntó indignada la chica a quien abandonó hace unas horas

- Ya lo sabes. - frunció el ceño el mayor

- ¿Qué hacías en el hospital? - cuestionó con confusión

- Em... fui a ver a alguien - desvió la vista, no sabía si era buena idea recordarle a su hermana sobre el accidente... No, de hecho...

- ¿"A alguien"? Kuni, tu no conoces a nadie de aquí.

- No- sí, ah... Escucha, si aceptas ayudarme en algo te cuento - condicionó algo emocionado por la idea que se le había ocurrido

- ¿Eh...? ¿Si..? 

- No, "¿Si..?" no; ¡Sí!

- ¡Si! - gritó convincente

- Bien, este es la situación... - en pocas y cortas palabras le explicó lo que debía saber aproximadamente para ayudarlo

- ¡¿Cómo?! - se sorprendió al escuchar las palabras de su hermano - ¡¿Otra muerte?! - su expresión de confusión y preocupación lo decía todo - ¿Y mamá sabe de esto?

- Eso es lo que tengo que descubrir - su madre tenía que mentalizarse para tomar el lugar de su hermana: presidenta de la nación; el cual tuvo algunos problemas anteriormente con algunos partidos nacionales que se oponían al libre noticiero y mantenían querer mostrar a Inazuma como una nación 100% segura. Y, luego de una situación delicada en la familia Raiden, éstos aprovecharían a jugar algunas de sus cartas, cosa que Ei debe detener pronto.

- ¡Mhm! - asintió la menor - investigaré sobre el accidente

- ¿Segura? - la miró con desconfianza

- Tranquilo - asintió; y tras un choque de puños ambos se pusieron en marcha

- ¡A cenar! - un llamado les cortó el camino, era su madre desde la cocina

- Mañana será... - suspiró el mayor y se dirigió hacia la cocina con su hermana

Minutos después estaban todos sentados en la mesa, una larga y elegante mesa familiar con una deliciosa cena recién servida.

- Buen provecho - anunció con alegría la mayor y así todos comenzaron a comer 

- ¿Cómo estuvo su día? niños - preguntó la pelirrosa para tomar un sorbo de agua de su vaso

- Bien... - contestó la menor cubriendose la boca por la cucharada qué se había llevado a la boca anteriormente

- ¿Pudieron comprar ropa? - continuó Ei para voltear a verlos y recordar lo grande que ahora están, "cuanto han crecido..." sonrió

- Ah... Si... ¿Verdad...? - volteó a ver con cautela a su hermana

- Es cierto... - sintió la profunda mirada de su hermano - ¿Dónde lo deje...? - volteó a verlo con la misma intensidad - Cierto, en tu cuarto. Yo. Sola, tuve que subir todas las escaleras ¿sabías? - lo fulminó con la mirada y una pequeña pero reveladora sonrisa, haciendo que cayera; el azabache se volteó lentamente para ver que ambas mayores lo miraban expectantes "Tks, hermanos menores..." maldijo

- Oh vamos, no lo hizo sola. Ovbiamente Armando la ayudó

- Armando tiene obligaciones, no como tu, al parecer... - susurró a lo bajo volviendo a darle un mordisco a su comida

- Mis obligaciones no son estar pegado a ti, nena - imitó la accion en modo de respuesta

- ... - se contuvo, no sería quien expondría a su hermano después de que le pidiera ayuda

No vuelvas a llorar... ♡ [Scarazuha] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora