Fiare [Adaptación JeffTaBarcode]

Capítulo 18

Barcode se mordió los labios, algo en él estaba tan inquieto como nunca, pensaba que todo había terminado con Us pero la sensación seguía ahí, no sabía si era el hecho de que Ta todavía no volvía.

Trató de pensar en otra cosa pero no había ningún alfa de confianza, Tong aún no regresaba de las oficinas de los agentes especiales.

Se levantó tratando de tranquilizarse, quiso no arrepentirse de no haber ido con ellos pero sabía que había sido un plan estratégico, caminó hacia la cabaña médica, por lo menos podía ver a Bas y no sentirse tan solo aunque no le gustó cuando vio la puerta entreabierta. 

Corrió con rapidez sacando su pistola, la agarró con una mano y no dudó en abrir la puerta con una patada, viendo a Ping ahí parado a punto de clavarle una navaja a Bas, este respiraba con fuerza y su cabello desordenado le daba el toque salvaje, tenía varios rasguños cubriendo su cuerpo.

—¡Para! Deja esa navaja en el suelo— demandó y Ping le vio de reojo.

—No me hagas reír omega— dijo cruel— Jódete.

Y de un rápido movimiento Barcode jaló el gatillo disparando directo a la pierna haciendo que cayera al suelo con un fuerte gruñido, la sangre comenzó a salir sin control.

—Todo ha acabado— se acercó sin prisa siempre apuntándole, quitó la navaja con su pie y buscó unas mantas con que poder amarrar al alfa, este gruñó de dolor— Tenemos a Us bajo custodia.

—Qué...

—Todo ha acabado, ya no tienes que matar a Bas para que no hable, todo su plan fracasó— terminó de atarlo y Ping realmente parecía perdido. Agarró otro pedazo de tela para hacer un torniquete haciendo que Ping le gruñera directo a la cara por el dolor causado.

—Maldito seas.

—Sabía que me odiabas pero no a Bas.

—Eso no tiene nada que ver— ladró.

—¿Por qué le hiciste algo así....?

—El muy estúpido confió en tí, es un estúpido por creer en omegas como tú.

—E-ese o-omega— ambos se sorprendieron al escuchar la voz entrecortada de Bas— A-acaba de salvar mi v-vida.

Barcode sintió un suave calor apoderarse de su pecho, se sintió bien, se sintió digno de portar con confianza aquel traje de la milicia, era fuerte, era capaz de todo, agarró con fuerza a Ping haciéndolo caminar, este se removio enojado y adolorido, cayendo al suelo y golpeándose fuerte.

—¡Camina maldición!

Barcode volvió a levantarlo y entre pasos torpes al fin pudo sacarlo de ahí, Ping se miraba pálido y poco estable, entonces se cruzó con el general Sumettikul, este le miró y rápidamente fue hacia él, quitándole a Ping de los brazos, apretándolo con fuerza haciendo que Ping contuviera un gran quejido de dolor.