La Cena

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El rugir del estómago de la princesa a media noche la obligó a salir de la cama.

De camino a la cocina para buscar algo con lo que saciar su apetito, recordó al nuevo amigo que hubo hecho hace no menos de tres noches: Quizás podría aprovechar y visitar la Torre Sur para charlar un rato.

Cuán grande sería su sorpresa al escuchar la voz del ser en quién andaba pensando justo detrás de ella.

―¿Princesa Li? ¿Qué estás haciendo aquí? ―se unió a ella mirándola de manera desconcertada.

La joven heredera reprimió el impulso de esbozar una mueca: Era increíble que aún pudiendo pronunciar su título monárquico, aún así, seguía dirigiéndose a ella en "".

―¡Oh! ¡Pero qué sorpresa! Justo estaba pensando en buscarte, mi buen amigo. ―regresó el saludo de manera elocuente.

―¿Lo estabas?

El vampiro sonaba genuinamente desorientado.

―¡Por supuesto! Es lo que los afectos hacen ¿No? ¿Buscarse mutuamente?

―Oh. Claro. Es de suponerse...

―Bien; de igual forma pensaba buscar algo para comer: Es por eso que me dirigía a la cocina ¿Quieres acompañarme? ―ofreció amablemente la princesa.

Los purpúreos ojos del joven vampiro brillaron ante la invitación:

―¡Claro! Me encantaría. Es más: Justo también estaba buscando qué comer.

La mirada de la princesa Li se tornó sombría. Con esa invitación no esperaba que el vampiro fuera a querer algo de la comida humana; simplemente lo invitó a acompañarla. Entonces... ¿Acaso con "algo de comer" se refería a...?

―¿Ah? ¿En serio? Pero qué coincidencia...

El paso de la princesa se acortó a uno lento y pausado, al mismo tiempo que pareciese estar observando a la nada con una expresión en blanco; permitiendo que el vampiro se le adelantara con un ritmo alegre y apacible de camino a la cocina.

Bastante sádico tendría que ser para poner ese semblante tan contento sabiendo bien lo que estaba por esperarle a la desdichada princesa; quien, en dichos y pocos segundos de vida que le quedaban, no dejaba de arrepentirse con toda su alma de haber hecho algo tan estúpido como lo era mantener un contacto supuestamente "amistoso" con un vampiro: En vez de eso, bien debió haber huido en cuanto lo vió e ido directo con su padre a advertirle de la amenaza; o haber contratado cazavampiros; o haber llamado a los guardias; o-

El resplandor de un cuchillo de mesa a su vista, empuñado por el vampiro quién aún sonreía con sadismo, la paralizó en un terrible pánico; temiendo ya lo peor y lista para pegar un grito suplicando auxilio de quién fuese... Fue cuando pudo presenciar cómo el mismo cuchillo fue utilizado para cortar dos rebanadas de pan y, luego, ser devuelto a su lugar.

La estupefacta princesa simplemente se limitó a observar incrédula cómo el joven vampiro untaba un poco de mermelada en cada trozo de pan, para luego juntarlos y dar alegremente una mordida a aquel sandwich recién preparado.

Después de varios mordiscos siendo observado fijamente, el mencionado cuestionó un tanto incómodo:

―¿Y tú... No vas a prepararte algo?

―Comes comida. ―fue lo único que pronunció la maravillada princesa.

―Eh... ¿Sí? ¿Tu no? Digo, la comida está para comerse ¿O no...?

La mirada penetrante de la princesa Li ya estaba provocando nerviosismo en su expresión.

―Bueno. Es decir: Sí, obviamente. ―trató de explicarse ella― Pero me refiero a que: ¿No se supone que los vampiros comen sangre?

MidnightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora