᯾𝐻𝑢𝑟𝑎𝑐𝑎𝑛𝑒𝑠 𝑦 𝑡𝑖𝑓𝑜𝑛𝑒𝑠𖣘

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Aún recuerdo cuando, de pequeña, con mis pocos más de ciento veinte centímetros jugaba a “alcanzar a los mayores” como si ese fuese mi único propósito en la vida. Cualquiera que hubiese oído esos «¡Casi estás!» y «Salta un poco más alto» seguro que habría afirmado que no eran más que bobadas de niños pequeños pero, lo cierto, es que para Liam y yo siempre había sido mucho más que eso. Porque si había algo que cualquier niño de siete años quería más en el mundo era crecer, y por muy insensatos qué tal vez fuimos al quererlo, por muy pocas llamas de las que pensábamos que tal idea carecía, nosotros no éramos ninguna excepción.

Pero... ¿Como explicarle a un par de niños de siete años que cuando creces el sol no aumenta, si no da paso a terribles vientos y tormentas que tienes que estar atravesando constantemente para ver la simple minucia de la sombra que aquel sol fue? Los dos, insensatos y descubiertos, no entendimos de lo que tanto nos habían advertido hasta que nos tocó aprenderlo a la fuerza. Sin embargo, el tiempo nos había hecho crecer, madurar. Nos había hecho darnos de la mano y avanzar por la oscuridad juntos.

Y a pesar de todo lo vivido, nunca antes me había planteado lo tan diminuta e insignificante que seguía siendo. Supongo que la noticia había atravesado mi mente como una bala a mi corazón y el saber que nunca más lo vería sonreír me pasó de navegar a la deriva a hundirme en las profundidades. Y es que... ¿Como le explicas a alguien que creía saber todo ya, que creía que solo vendrían vientos y tormentas, que también existen los huracanes y tifones?

🌌𝑬𝒔𝒄𝒓𝒊𝒕𝒐𝒔 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒍𝒂 𝒍𝒖𝒛 𝒅𝒆 𝒍𝒖𝒏𝒂🌌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora