Seungmin's POV
—¿Boston?— pregunté, Felix sonrió y asintió. —Vaya, somos Brooklyn y Boston. Lindo.
Abracé a Felix y él se alejó rápidamente, su mano fue directamente a mi cuello y movió la tela del mismo. —Necesito una explicación.— comenzó a reír escandalosamente.
Luego del corto encuentro con Felix, ahora Boston, regresamos a nuestras labores. La noche fue divertida, me gustaba sentir el control en cada una de las personas en el lugar; se sentía bien sentirse tan deseado por todos ellos.
Nuestra hora de bailes privados llegó de prisa, causando cierto nerviosismo en mí. Dove y Felix lo notaron, aunque la primera se tomó el tiempo de decirme una y otra vez que debía estar relajado.
—Buenas noches, Brooklyn.— la voz de Christopher se escuchó acompañado de la música que podía escucharse desde afuera.
—Buenas noches, señor Bang.— caminé hasta él y fui sostenido por la cintura cuando estuvimos cerca.
—Tengo una nueva petición.— dijo sobre mis labios, me alejé lo suficiente para poder verlo con atención.
Llevaba una chaleco de vestir negro, debajo de este tenía una camisa blanca que estaba doblada hasta los codos, noté que en la corbata llevaba un pin que decía "Prada". Sus labios se miraban tan apetecibles, eran gruesos y rojizos, y podía notar que estaban húmedos. Sus cejas anchas le daban un toque más varonil, al igual que su nariz grande.
Ladeé mi cabeza y con mi índice delinee su mentón. —¿Qué quieres?— pregunté al sentir como sus manos me apretaban, como si quiera traerme de nuevo a la realidad.
Era demasiado guapo para estar en sus treintas.
—Quítate el antifaz.— me solté se su agarre y caminé lejos de él.
—Puedo quitarme toda la ropa, puedes metérmela y hacer con mi cuerpo lo que quieras, pero no me quitaré el antifaz.
—Nos hemos visto fuera de aquí, ¿cierto? ¿por eso no quieres que te vea?
Tragué saliva sintiéndome nervioso, de repente la música de la habitación se oía lejana y sentí como sus manos nuevamente tomaron mi cuerpo.
—¿Qué harás hoy?— su pregunta fue ejecutada cuando sus manos tomaron el nudo de la soga que estaba debajo de mi ombligo. —¿Mhm?
—Tengo que ir a la universidad, tengo examen.
—Entonces, por hoy no haremos mucho.— su boca comenzó a dejar besos húmedos por mi cuello y clavículas. —Pero si quieres... mañana podemos vernos y... ver qué sucede... ¿Estás de acuerdo?— susurró entre besos.
Suspiré sintiendo como todo mi cuerpo se tensaba; la excitación subía y subía segundo tras segundo.
—Esta semana no estaré trabajando, es mi semana de evaluaciones en la universidad...— jadee cuando sentí como se deshacía de cada botón, aún con las sogas apretando mi cuerpo. —Pero... ¿Cuánto dijo que ofrecía por ver mi rostro?
—¿Qué quieres?— sus manos me hicieron girar y me acomodé contra la barra frente a mí, escuché como se deshizo de su cinturón y luego los pantalones. —¿Un departamento? ¿Un auto? ¿Ropa?
—Dijiste que no lo haríamos...— recordé entre gemidos.
—Tu cuerpo y el mío parece que quieren lo contrario.
—Chris... señor Bang.— detuvo sus movimientos y supe que había arruinado algo.
—¿De dónde me conoces?— me giró, miré su rostro y reí.
