Capitulo 10

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—Me alegra tener nuevos clientes, aunque hayan empezado con el pie izquierdo —el pequeño no dejaba de sonreír mientras acomodaba algo en el mostrador que era iluminado por varias velas puestas encima de lo que supuso eran restos de cera de velas anteriores —aún así espero que seas alguien capaz con quien pueda hablar.

Wally aun mantenía la ballesta en su mano solo que lo mantenía apuntando al suelo, no entendía que hacía un niño en ese viejo lugar, parecía que estuviera abandonado y con el techo apunto de caer sobre ellos. No podía confiar por completo en el niño descuidado, en especial cuando solo estaban ellos dos en lo que podría ser un recibidor.

—Esto no parece una taberna.

—Y tu no muy atento si me preguntas eso en vez de porque hay un niño aquí —Wally frunció un poco su rostro casi como lo haría Walter, pero con la diferencia de que él no marcaba tanto —ya de por si todo es extraño.

—Ya lo creo, hace muchos siglos que no veo un vampiro por aquí —no dejaba de mirar a Wally de arriba abajo mientras asentía como si aprobara lo que viera —eres bastante joven ¿unos 30 oh 37 siglos? no podría calcular los años lunares en ti.

—¿Años... lunares?... —Wally no entendía a que se refería con años lunares, de hecho no recordaba que tuviera que recordar su edad a excepción de cuando cumplió a los 18 años, de ahi siempre se mantuvo joven y libre de preocupaciones —en fin pequeño vampiro, me gustaría poder arreglar tu asunto con mi aprendiz, se que puede ser un poco molestoso a pesar de su figura.

Wally no deseaba confiar en el niño, como había dicho todo era muy extraño para él siendo alguien que por desgracia a pesar de haber vivido una horrible experiencia se dejaba manipular fácil.

—Mis asuntos son con él, no contigo —el pequeño brujo asintió con una amplia sonrisa, creía que si seguía moviendo la cabeza el gorro se caería —lo tengo claro, pero aún así prefiero darle algo para que le perdone la vida solo es un pequeño crío que a tenido la mala suerte de reunirse con gente para nada agradable para mí gusto.

El pequeño se veía despreocupado, no había rastro de estar escondiendo su miedo y solo esperaba una respuesta de parte de Wally quien ya empezaba a dudar y dejar la ballesta en el mostrador. Ya no sabía que quería en realidad, después de todo era la conversación de dos humanos que no los conocía y mato a quien supuso era el que casi lo asesino en el bosque de no ser por Julie.

—Me alegra que empecemos a entendernos, por favor déjeme presentarme mi nombre no es relevante para usted en estos momentos, pero puedo confirmar de que soy el dueño de este lugar, aquí pueden descansar los que no pueden mostrarse a los humanos y también comprar cosas que encuentren que les falte tengo desde polvo para hacer runas y estacas hasta puedo darte el servicio de un hechizo —Wally simplemente lo miraba, el pequeño se movía casi de forma teatral mientras hablaba con pasión y fervor sobre su taberna —como muestra de disculpa puedes tomar cualquier cosa de mi tienda y podrás comprarla con una buena rebaja.

—Oh no, yo no tengo dinero —no deseaba meterse en líos, apenas tenía algo de dinero que logró hurgar en los bolsillos del hombre que mató y pensaba guardarlo para mostrárselos a Julie —¿sin dinero? es raro ver que alguien se pasee sin tener dinero, pero ya que estas aceptando mi oferta ¿Qué te parece si te doy un pequeño trabajo?

—A-ah no yo debo de volver, alguien me espera —Wally iba agarrar la ballesta, pero el pequeño la agarró primero y se acercó a él con grandes ojos que lograron incomodarlo hasta le hizo recordar la mirada de su madre cuando sonreía pero estaba molesta —por favor, es algo muy insignificante, un muy pequeño trabajo que tengo pendiente hace más de diez años y eh escuchado que han habido líos por tu reino y no deseo alargar mi estadía en ese lugar, tal vez siendo tu vampiro puedas tenerlo más fácil.

Sangre de OroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora