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Sirius Black no podía creer que después de pasar semanas como un animago, resguardandose en el bosque prohibido y planeando con un raro Kneazle, finalmente su medio plan había funcionado, había atrapado a Peter Pettigrew, esa maldita rata, que le había arruinado su vida desde hace 13 años...

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No era normal que en Azkaban llegarán copias del profeta, normalmente las que llegaban tenían semanas de retraso, algunas otras eran tan poco importantes que preferían regalarlas entre los presos y otras simplemente llegaban por accidente.

Aunque realmente podía contar con los dedos de su cuerpo las pocas copias que tenía en su poder, era considerablemente poca la información del exterior que conocía.

En esta ocasión, habían llegado algunas copias del profeta con poca relevancia, algunos chismes aquí y allá y entonces lo vio, una foto familiar, un mago que se había ido de vacaciones a Egipto, nada interesante realmente, a nadie le importaba si un triste hombre se va de vacaciones con su familia.

Su interés despertó en el momento que vío aquella rata en las manos del niño más chico de la foto. No tenía duda, conocía bien esas orejas de ruedor, solo había alguien con ese tipo de color y patas. Era Peter Pettigrew, aquel traidor, el mismo hombre que él "había asesinado".

Una rabia lo lleno, era imposible que el se estuviera pudriendo en ese sitio, rodeado de humedad y malditos dementores, tratado como otro criminal más, como los psicópatas que lo rodeaban, mientras el maldito de Peter estaba en unas sucias vacaciones en Egipto.

Para su buena suerte el periódico siempre contaba de más y fue así que supo que Peter iría a Hogwarts... Hablando de Hogwarts, ahí se encontraba su ahijado, no permitiría que ese sucio animal con viviera con ese pobre niño.

De esa manera escapó de Azkaban como animago recorriendo un largo camino hasta llegar a aquel antiguo castillo.

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Ahora estaba en la casa de los gritos con Lupin frente a él sonriendole, un Peter desmayado, tres niños confundidos y un hombre de melena larga aún más confundido que los niños.

Sirius estaba seguro que se pondría a llorar por evitar que escapara Peter, pero no era el momento; después de eso el tiempo pasó muy rápido.

Para Sirius fue raro ver como el estoico rostro de Snape cambiaba de una rabia incontrolable a una de gran confusión al escuchar que el verdadero traidor de los Potter fue Peter y que Sirius se dejó llevar por la ira tratando de vengarlos.
Ante aquella aclaración Severus sólo lo observo como si tuviera una segunda cabeza, bajo su mirada como si lo estuviera procesando y luego hablo.

"Será mejor que te vayas, aún hay dementores cerca que te están buscando, yo trataré este asunto con Dumbledore." Dijo señalando el flacido cuerpo de Peter.

Remus iba a convertirse pronto por lo que debían apresurarse.

Sirius escapó con el hipogrifo de Hagrid por sugerencia de Harry.

Finalmente conocía a su ahijado, observo aquel tierno rostro y lo abrazo diciéndole que vendría a buscarlo, viendo como el niño le sonreía alegremente y confiaba en él.

Mientras un Snape llevaba a un Peter muy desmayado y a tres niños hacía el castillo.
Sirius estuvo vagando unas semanas con aquel hipogrifo con el que se hizo amigo,  aún escondiéndose y buscando que no lo encontrarán, por lo que decidió vivir en algunos pueblos muy alejados.

Fue hasta que pasaron 13 días que una carta llegó a él.

Estaba preocupado, si una lechuza lo encontró, cualquiera podría hacerlo.

Ni un solo pensamiento - SnackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora