𝐶𝐴𝑃𝐼𝑇𝑈𝐿𝑂 3

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El aire hoy se siente más pesado de lo habitual a pesar de que el ambiente se encuentra fresco por la primavera que comienza a florecer, estoy recostada en el balcón de mi ventana, mirando los inmensos rosales que se extienden por toda la propiedad, es uno de esos momentos que me provocan un poco de calma en esta mansión de la muerte. Me gustaría salir a recorrer un poco el jardín, perderme entre los laberintos de espinas y volver al anochecer solo para cenar junto a mis hermanos. Esa es mi rutina diaria y generalmente no existe muchas cosas que me lo impidan, a excepción de días como hoy.

La doncella de cabellos violetas se mueve por mi habitación con habilidad, una nueva criada que ha sido designada por Eliot como mi dama de compañía. Al principio creí que Darana habría renunciado tras la experiencia traumática de la mañana anterior, o incluso pudo haber sido destituida a un puesto inferior, fue una sorpresa agridulce cuando al volver en la noche intenté llamar a mis perros de caza, se supone que Darana debía cuidarlos mientras yo no estaba pero de forma descuidada se encontraban en medio del patio sin supervisión alguna, cuando los busqué los caninos jugueteaban entre la tierra arrastrando y despedazando algo que no pude descifrar hasta que me acerque. Me considero una persona tolerante a la violencia pero la expresión horrorizada del rostro pálido e inerte de la antigua sirvienta fue imposible no asustarme.

No creí que habrían acabado con su vida, y mucho menos haberla enterrado en mis límites del jardín, generalmente los cadáveres eran escondidos en las áreas que pertenecían a los pelirrojos, fue desagradable verla, no sentía cariño o algún sentimiento particular hacía ella, pero sería difícil para mí adaptarme a que su presencia ya no estaría a mi alrededor constantemente, fueron cuarenta años de servicio de mi padre, posteriormente paso a mi madre y luego a mi, y acabó todo por un error.

Sacudí levemente la cabeza, me causa desagrado pensar en el cuerpo que aún no comenzaba a descomponerse, pero sentía como si su rostro y culpa me persiguiera por doquier, me preguntó que pasará de puertas para afuera con lo que solía ser la vida de esa mujer ya mayor, ¿Tendría hijos? ¿Nietos? ¿Un esposo o una mascota a la que cuidar? No me preocupa la posibilidad de ser envuelta en un caso criminal, a lo mucho a la familia (si es que la tenía) se le dará una compensación monetaria y se excusara su deceso con algún accidente humano y fatal.

Las criadas y sirvientes solían negarse a trabajar en la propiedad que ocupaban los hijos del lirio blanco, corren los rumores de las atrocidades que suceden entre estás paredes y los castigos en los que se ve envuelto la pobre alma que intentó corregir al príncipe Elan cuando esté se equivocó o al que completó erróneamente un recado del príncipe Eliot. Lo único que mi padre como emperador podía hacer era aumentar sus salarios, disminuir la cantidad de trabajo humano y advertir a los gemelos de bajar la frecuencia de su violencia desmedida, lógicamente porque sabía que pedir de lleno que pararán no tendría resultado alguno.

Vuelvo mi atención a mi nueva doncella, su cabello violeta es largo, casi hasta las rodillas, era bastante alta casi podía comparar su altura con la de las mujeres de la casa phantom, pero su color de piel más bien dorado descartaba esa posibilidad, sus ojos color malva casi blancos daban la sensación de que estaba ciega, pero eso era algo impensable, Eliot nunca habría enviado a una discapacitada a servirme, y lo comprobé al poner a prueba al pedir que realizará tareas casi imposibles en un corto periodo de tiempo, lo logró sin queja alguna, genuinamente me sorprendió.

Me pregunte si acaso era muda, pues no había pronunciado palabra alguna desde el momento en que llegó a mi habitación cuando apenas empezaba a amanecer, tal vez podría haber sido advertida de cuidar sus palabras para no sufrir un castigo o podría ya haberlo padecido. Si bien es verdad que a los recién ingresados para trabajar aquí se les aplica un sello de fidelidad, sus vidas acabarán en el momento en que intenten revelar información sobre los tres príncipes que aquí vivimos, pero este hechizo tiene una pequeña laguna, pues no existe consecuencias en caso de que la información difundida sea solo una mentira, ese fue el principal motivo de que los chismes se regarán tan pronto. La solución a esto fue simple, cortar la lengua a todos aquellos traicioneros que habían faltado a sus votos de lealtad, desconozco cuántas personas han Sido víctimas de probar a la suerte, pero seguramente han sido más de los que puedo contar con las manos.

Crown ~ Las joyas de la princesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora