𝐶𝐴𝑃𝐼𝑇𝑈𝐿𝑂 1

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Con una apariencia cansada frente al espejo, debo de decir que no me veo nada mal, pero definitivamente tampoco en la forma que me gustaría, a estas horas de la mañana yo debería estar en los rosales de la mansión persiguiendo a mi pequeño conejo para alimentarlo, no intentando buscar un vestido para esa absurda reunión.

-El emperador volvió victorioso de el campo de batalla, princesa Elena, debería usted estar muy aliviada de que su padre ha vuelto con bien - Darana es una fiel sirvienta de este imperio y sobre todo una mujer orgullosa de vivir bajo el mando de Jaider Secramise, no es la primera vez que la escucho y definitivamente estoy segura de que tampoco será la última, pero me molesta escuchar su aguda e irritante voz adulando a mi progenitor, la odio tanto como odio a cada miserable ser de este imperio.

-¿Es necesaria nuestra presencia? ¿Van a estar allí los otros príncipes? -Aunque me gustaría evadir el tema se que no me lo van a permitir, así que lo mejor es solo buscar algo para entretenerme mientras espero al carruaje que me llevara a mi y a mis hermanos al palacio imperial.

-Así es, su alteza real, el emperador ha solicitado la presencia de todos sus hijos en esta ocasión tan especial, y eso la incluye a usted y al príncipe Elan y al príncipe Eliot.

No me interesa seguir hablando con ella por lo que solo me encojo de hombros y sigo escuchando sus disparates y adulaciones a la familia imperial por lo que parece ser una eternidad, le permito que sea ella quién elija mi vestido sin importarme en lo absoluto su elección, no vale la pena desgastarme buscando algo llamativo, la atención del emperador siempre estará en su adorada primera hija, y yo no soy tan infantil y explosiva para intentar destacar ante mi padre, lo mejor es solo pasar desapercibida. "La última hija del lirio blanco" eso es lo máximo que las personas deben saber de mi.

-Princesa, ¿Qué le parece usar este hermoso vestido? sin duda será usted la sensación entre los nobles que estén recibiendo a su victorioso padre y además era de s... 

-No, jamás usare una de esas prendas ante la familia real -Cortó su comentario de forma tajante apenas puedo vislumbrar un poco de aquel traje, es precioso, un vestido bustier largo con un corte corazón en el pecho, de color violeta y un cinturón con el diseño de un majestuoso dragón, es hermoso y era de mi madre, y esos son los dos motivos que me impiden utilizarlo- Usare un vestido negro -Fue un error permitir algo de libertad en ella, pese a ya ser una mujer de edad es tan infantil como podría ser mi medir hermana.

-Pero, su alteza, es un evento muy especial, no puede vestir como si fuera un funeral. 

-Estoy de luto -Respondo de forma cortante ignorándola, ya ha colmado toda mi paciencia por un día- Solo busca lo que te pedí, no lo diré de nuevo.

-P-pero, princesa Elena... -Su voz quedo a medio camino de su queja pues las puertas de mi recamara se abrieron y el recién llegado la tomo de la muñeca con demasiada fuerza y la zarandeo, haciéndola tropezar y caer al suelo en el proceso, procurando solo salvar el vestido para que no se dañara o rasgara. 

-Guarda ese vestido donde lo encontraste de inmediato sino quieres que te arranque las manos -La voz gélida y hostil de Elan hizo a la mujer retroceder a un en el piso, mirando aterrada al mayor de los tres príncipes,  no era su primer encuentro turbulento, el joven era conocido por ser agresivo y muy violento, su actitud no era nueva para nadie por lo que se acercó a la criada a paso lento y volvió a hablar- ¿No me haz escuchado? Tal vez debo de cortar tu lengua también para que dejes de ser una metiche entre las pertenencias de mi hermana. 

Darana se inclino en una reverencia total, arrodillada y con las manos frente a la cara, temblando y esperando piedad por parte  del príncipe diabólico, él la tomo del cuello y volvió a empujarla -Por ultima vez, cumple con tu trabajo y sigue mis ordenes o pierde la vida, tu decides.

Crown ~ Las joyas de la princesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora