Capítulo 24

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Carina:

Había llegado el gran día. Hacía una hora que me había despertado y no quería moverme para no despertar a Maya. Giovanna dormía muy tranquila en su cuna después de haber comido y no tenía excusa aparente para levantarme de la cama.
Desbloqueé el celular innumerables veces buscando no se que. No había mensajes de nadie a las 7 de la mañana. Resoplé en más de una ocasión. Estaba ansiosa por demás. ¡¿Como si ya no me hubiera casado y dormía al lado de mi esposa?!
¿Que tenía de especial esta nueva boda?, me pregunté. ¿Será porque la planeamos juntas y con más tiempo, porque pasamos por una crisis enorme y ahora nuestro matrimonio está renacido o porque estamos en otra etapa de nuestra vida, con una hija? O todo eso junto, me volví a responder.
Repasaba mentalmente todo lo que tenía que hacer desde que me levantara: la cita a la peluquería, ropa y zapatos, maquillaje, la gente que iba a venir a ayudarme.
Una lágrima rodo por mi nariz que alcancé a secar antes que cayera en la sabana. Era de felicidad, obviamente.
- Buongiorno, moglie mia - me dice mientras pasa su brazo derecho por mi costado y me abra por la espalda Maya.
- Buongiorno alla persona che anche oggi sarà mia moglie -le respondo mientras me giro para quedar enfrentadas.

Acaricio su cara angelical y somnolienta y colocó un suave beso en la punta de su nariz. Ti amo, le susurro.
Nos quedamos así un buen rato: mirándonos, observando cada detalle de la otra, hablando con nuestras miradas. Hoy esos ojos volverán a verme como su esposa.
- Deberíamos levantarnos a desayunar, bambina.
- No tengo hambre -dice.
- Yo tampoco pero tenemos que meter algo a nuestros estómagos si no queremos desmayarnos camino a la ceremonia -le respondo.
- Bueno, vamos - e inmediatamente salimos de la cama rumbo a la cocina a prepararnos unas tostadas y café sin antes encontrarnos en la puerta del dormitorio y darnos un beso de buenos días.

Desayunamos en silencio. Puedo sentir su ansiedad y también la mía. Seguimos sin decir nada hasta que el ruido de un mensaje en el celular de Maya, rompe el clima. Es Vic preguntándole a qué hora va a ir para su casa (decidimos que nos cambiaríamos en lugares separados y nos veríamos recién a la noche en la ceremonia para mantener la magia del encuentro y la sorpresa).
Maya va para la habitación, cierra la puerta y a los pocos minutos sale con un bolso repleto de cosas.
- Amor mío, me voy a ir para lo de Vic. Ya me están esperando con Andy en su casa para comenzar con los preparativos. Ya me despedí de Gio y ahora me falta despedirme de vos.
- Vení para acá -le digo y la traigo de la cintura contra mi cuerpo. Nos besamos apasionadamente hasta que Maya se separa.
- Bueno, basta que si seguimos no voy para lo de Vic -dice ella.
- Bueno, anda. Te amo, bambina -le digo
- Yo te amo también. Nos vemos a la noche -me da un beso y se va.

Junto las cosas del desayuno, las lavo y me voy a la habitación a buscar mi celular. Le mando un mensaje a Jo avisándole que Maya ya se fue y que venga cuando quiera.
Giovanna se despertó así que la pongo en el gimnasio para bebés un rato así que entretiene mientras me visto para ir a la cita de la peluquería dentro de una hora.

Llega Jo, agarro a mi hija y nos vamos.

Una vez en la peluquería, Jo se encarga de entretener a Giovanna mientras me peinan. Cuando termina la peluquera, mi amiga se para detrás mío y en el reflejo del espejo veo sus ojos brillosos y me dice "estas soñada, amiga. Hoy va a ser definitivamente un día para el recuerdo".
Salimos y volvemos a casa. Jo me va a maquillar y ayudarme a cambiar además de entretener a Giovanna.
Almorzamos algo rápido y hago dormir a mi piccola.

Traigo mis maquillajes para el living así puede maquillarme tranquila y no despertamos a la bebé. Cuando termina, me muestra en el espejo como quedó: me encanta el trabajo que hizo en mi rostro.
Se maquilla ella y se viste. Giovanna empieza a llorar en la habitación así que va por ella y la trae para que la alimente. Termino y voy a vestirme a la habitación.
Una vez ahí, saco el vestido del placard. Lo miro antes de colocármelo y los ojos se me ponen vidriosos. "Respira, Carina. Que se te va a arruinar el maquillaje" me digo.
Deslizo la tela sobre mi cuerpo y siento que me abraza. Es perfecto para mis curvas y mi escote. ¡No veo la hora que Maya me vea!
Abro la puerta y la expresión en la cara de Jo acompaña mi pensamiento:
- ¡wow, amiga! Espléndida estás. Maya se va a desmayar cuando te vea -me dice y sonríe-. Ahora vamos a cambiar a esta preciosura así llegamos con tiempo.
- Gracias, Jo. En serio es muy importante para mi que vos hoy estés acá. Te quiero -le digo y volvemos a la habitación para vestir a Giovanna y dar los últimos arreglos antes de salir.
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Maya:

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