Parte 2: Capítulo 15

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Maya:

3 a.m.

El sonido del llanto de Giovanna me despertó. Me enderecé en la silla en la cual estaba acostada durmiendo desde anoche, me refregué los ojos y vi a nuestra pequeña niña que se movía en su cuna. Me paré y la saqué tratando que Carina no se despierte ya que se había dormido hace 1 hora y quería dejarla descansar.

Le coloco el chupete intentando que se calme mientras la mecía en mis brazos cuando entra una enfermera y me dice: "esa nena tiene hambre, van a tener que darle de comer. No va a calmarse".

- Lo se, pero no quiero despertar a mi esposa. Está durmiendo tan plácidamente hace 1 hora...-le digo

- Entiendo pero si ella no se extrae leche para que tengan en mamaderas, no quedará otra opción. Es su fuente de alimento -responde y se va.

Me acerco a Carina y le hablo suavemente:

- Amor, Giovanna tiene hambre. Perdón pero vas a tener que despertarte...

- ¡Ay Maya! - me responde sobresaltada- Si, claro. Me quede dormida y no la escuché. Perdón. Cuando es así, llámame de inmediato.

- Si. Pero no quería despertarte, me daba lástima. La enfermera que entró recién me dijo que podes guardar tu leche en mamaderas así puedo también darle de comer yo y no tener que despertarte siempre -le comenté.

- Claro, bella. Tiene razón. Eso vamos a hacer cuando lleguemos a casa y estemos más tranquilas pero ahora dame a esta niñita preciosa que quiere comer -me dice y abre los brazos para agarrar a nuestra hija.

Me senté a ver como Carina le daba de comer a nuestra hija. Esa conexión preciosa que sucedía entre las dos. Ella le hablaba y le contaba de nosotras. Como nos habíamos conocido, cuánto habíamos deseado tenerla, de sus tíos y tías de la estación y el hospital, de su abuela Lucia y su tío Andrea que seguro estaban cuidándola desde donde estén. No pude evitar llorar con esto último. Carina no tenía a su mamá ni a su hermano. Su padre, totalmente ausente y enfermo.

Yo tenía a todos vivos en mi familia pero hace muchísimo tiempo que no sabía nada de ellos. Carina y mi hija eran mi familia al igual que mis amigos de la 19. A ellos los elegí y fueron los que me cuidaron siempre. Pero a veces no puedo evitar pensar donde estarán mi hermano y mi mamá. Que dirían si supieran que soy madre ahora.

- ...Maya, bambina, hey! ¿Me estás escuchando? Estoy llamándote hace 3 minutos por lo menos. ¿Qué pasa, bella? - me dijo Carina.

- Perdón, amor. Estaba pensando en toda la familia que tiene Giovanna. Sus tíos de la estación y no pude evitar pensar en mi familia que hace mucho no se nada de ellos.

- Hey, Maya -me apretó mi mano con la suya- acá estamos las 3 unidas frente a todo. Te amamos, Mami -dijo imitando una voz de bebé como si lo dijera nuestra hija.

- Yo también las amo. Son lo más importante que tengo en esta vida -me paré y le di un beso a mi esposa- Gracias por salvarme, amor mío.

Escucho que se abre la puerta y entra Jo con la enfermera que había venido hace unos momentos. Nos dice que van a revisar a Carina y a la bebé y que si todo está bien, podemos irnos a casa cuánto antes.

Mientras la enfermera revisa a Giovanna, Jo lo hace con Carina. Yo miraba atenta desde la esquina de la habitación.

- Bueno Carina. Todo está dentro de los parámetros normales. Estas lista para el alta. ¿Y esta belleza cómo está? -le pregunta a la enfermera que sostenía a nuestra hija.

- Está perfecta. Reflejos y peso dentro de lo esperado así que también está lista para conocer su casa- responde ella.

- Ok, si me esperan en 10 minutos vuelvo con los papeles del alta y ya se pueden ir. Mientras tanto pueden cambiarse -nos dice Jo.

Le agradecemos y vuelvo a besar a mi esposa.

- Bambina, pasame el bolso así le cambió el pañal a esta niñita y después le ponemos nueva ropa así llega a casa más preciosa aún de lo que es -me dice Carina.

Agarro el bolso y se lo paso a Carina, que le cambia el pañal a la bebé. Luego saco una ropa que tenia abejitas y la visto. La envuelvo en su mantita y la pongo de nuevo en la cuna.

- Ahora déjame que te ayude a cambiarte a vos, amor -le digo a mi esposa.

- Gracias, bambina. Quiero ponerme ese vestido de flores que es muy cómodo y puedo fácilmente darle de comer a la bebé si tiene de nuevo hombre -me dice.

La ayudo y le coloco una sandalias cómodas que también habíamos traído. Me alejo un poco y observo a mi esposa que estaba preciosa. Parecía salida de un cuento de hadas: el pelo suelto con ondas, el vestido que llegaba casi a los tobillos, esos ojos color caramelo. Realmente tenía a la mujer más linda del mundo a mi lado y que afortunada era.

- ¿Qué pasa, Maya? -me dice entre risas.

- Te admiro. Estas preciosa, luminosa, perfecta. Pariste hace un poco más de un día y te ves incluso más perfecta que antes. No entiendo como haces para ser cada día más hermosa -le digo con devoción.

- Bambina, me haces sonrojar. Debe ser que estoy al lado del amor de mi vida. Irradiaré la felicidad que siento adentro, hacia afuera. No lo sé -me contesta y sonríe un poco avergonzada

Entra Jo con los papeles para firmar. Una vez que lo hacemos, nos da un abrazo a cada una y un beso en la mano a Giovanna y nos desea buen regreso a casa.

Salimos por el pasillo que estaba bastante tranquilo por el horario y llegamos a la entrada del hospital. Ahí estaban paradas Teddy y Amelia para saludarnos y desearnos un buen regreso.

- Amor, quédate acá con Giovanna que voy a buscar la camioneta y la traigo a la puerta así no caminas -le digo y me voy.

Saco la alarma y aseguro la sillita para bebés en la parte trasera. Una vez que reviso todos los ajustes de seguridad 3 veces, me dirijo a mi asiento y la enciendo. Conduzco hasta la puerta y bajo:

- Bueno mi reina y mi princesa, aquí llego su carruaje -le digo a mi esposa e hija.

- Wow Carina, que privilegio que tenés. A mi nunca me trataron así después de parir -dice Amelia.

- A mi tampoco -responde Teddy- Cuídala mucho -le dice a Carina en referencia a mi.

- Yo soy la que tengo que estar agradecida -les digo a ambas- ¿ustedes vieron lo preciosa que es mi esposa? ¿Y mi hija? Es una versión pequeña de ella.

- No dudes Bishop que sé lo preciosa que es tu esposa -dice Amelia mientras le guiña un ojo a Carina que se sonroja y luego se va.

- Bueno, vamos a casa -dice Carina y abre la puerta de atrás de la camioneta para colocar a Giovanna que estaba profundamente dormida.

Cierra la puerta y cada una se sube a la camioneta. Nos ponemos los cinturones de seguridad, Carina me agarra la mano y me dice:

- Vamos a casa, bambina. Estoy ansiosa por estar acurrucadas las 3 en nuestra cama con las dos dueñas de mi corazón -y me da un beso mientras me acaricia la mejilla-

- Yo también, mi amor. No veo la hora de despertarme en nuestro hogar al lado de mis dos amores. Gracias por hacerme sentir tan plena, Carina -y se me llenaron los ojos de lágrimas-.

- Ti amerò finché ho vita (te amaré mientras tenga vida) -me respondió

- Ti amo con la mia anima (te amo con el alma) ¿lo dije bien? -respondí con dudas

- Brava. Estoy muy orgullosa de vos -me besó de nuevo- y ahora vamos a casa.

Y así conduje camino a casa, sabiendo que en esta camioneta iban las dos mujeres de mi vida y yo no necesitaba más que su amor porque eran mi presente y mi futuro. Mi para siempre

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