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Ricky despertó cinco minutos antes de que su alarma sonara ese viernes por la mañana. Pudo haber sido pura coincidencia o puede que fuera por el hecho de que tenía ese examen de historia del arte que iba a realizar perfectamente.

No le gustaba presumir (en realidad le encantaba), pero había sido el estudiante del año desde que empezó a ir a la Escuela Privada Yangjeong cuando tenía cinco años. Ahora estaba en su último año de escuela, preparado para graduarse e irse a una universidad en Seúl para estudiar economía como su padre y luego tomar el negocio familiar.

Su padre era el director ejecutivo de la compañía inversora más grande de China y su madre era la mejor abogada del país. Se casaron un año antes de que Ricky naciera y se mudaron a Busan, dejando China, donde la compañía de su padre despegó. Compraron una gran mansión y tuvieron cuatro hijas más. También eran parte de la comunidad cristiana de su ciudad. Iban a la iglesia todos los domingos, donde sus padres eran generosos contribuyentes, igual que en su escuela.

Así que podrías decir que todo lo que Ricky tenía era gracias a sus padres y no le molestaba. Le gustaba ser consentido, le gustaba ser envidiado por sus compañeros de clase y deseado por todas las chicas de su escuela. Evidentemente sin importar cuántas chicas lo desearan, siempre le sería leal a su novia desde los 12 años, Kim Garam. Era la tercera mejor estudiante en su curso, después de su mejor amigo, Zhang Hao.

Los tres tenían grandes planes para el futuro; graduarse con las mejores notas de su clase, mudarse a Seúl y estudiar en Yonsei.

El constante pitido de su alarma sacó a Ricky de su ensoñación, quien suspiró mientras la apagaba. Rodó fuera de su cama antes de ir directo hacia el espejo para ver si algún tipo de impureza había aparecido en su cara durante la noche.

Si era el estudiante e hijo perfecto, también debía ser perfecto físicamente. Las únicas cosas que no le gustaban de sí mismo eran su barriga y sus gruesos y femeninos muslos. Su madre había contratado a un entrenador personal un año antes, cuando las cosas se "descontrolaron" respecto a sus hábitos alimenticios. Para ser honestos, no era culpa suya que sus padres (el chef de sus padres para ser más exactos) pusieran cinco tipos de comida en la mesa todos los días.

Se giró y puso una mano en su barriga, que seguía ahí independientemente. Metió la panza porque de esa forma su estómago parecía plano. Suspiró y soltó el aire antes de entrar en su vestidor para escoger su camisa para el día. Había recibido un armario de ropa nuevo un mes atrás, justo antes de empezar el colegio.

Básicamente consistía en camisas, chaquetas tipo blazer, camisetas con el escote en v de Louis Vuitton, jeans apretados y tirantes. Sus zapatos iban desde Saint Laurent a Converse (que casi no se ponía) y sus zapatos formales, parte del uniforme.

Después de lavarse y vestirse, Ricky cogió su mochila y bajó las escaleras de mármol. Encontró a su familia en la mesa del comedor, esperándole para rezar antes de comer. Se sentó junto a Yiren y dejó la mochila a los pies de su silla antes de juntar sus manos.

"¿Tienes planes para esta noche?" Le preguntó su madre, mirándolo desde el otro extremo de la mesa.

"Eh, no creo, no" Respondió Ricky, mientras comía sus huevos revueltos. "¿Por?"

"Tu padre y yo tenemos una fiesta a la que asistir en Seúl, así que Yeonhye probablemente pasará la noche aquí."

Yeonhye era su niñera desde que Ricky era un niño pequeño y aunque ahora se podía cuidar perfectamente, sus hermanas aún necesitaban supervisión y Ricky tenía el mínimo interés en encargarse de eso.

Cuando terminaron de comer, una de las criadas empezó a limpiar mientras ellos salían de la casa para ir al coche que les estaba esperando afuera, preparado para llevarlos al colegio. Las gemelas aún estaban en primaria, mientras que Yiren y Cai Bing ya estaban en la secundaria.

Baby heaven's in your eyes - SHIMKONGZ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora