No sé si era él. Si era el indicado. Parecía serlo. Parecía ser la cura a toda mi enfermedad. Pero sus actos jodieron aún más mi vida.
Al final era la enfermedad,pero cerca de él también me curaba y todo era calma.
¿Era posible? Si,claro que sí.
...
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----¿Esto es lo que quieres?----dijo Mateo mientras su anatomía se adentraba en mi interior haciéndome suspirar de placer.
----No pares Matt---le pedí.
Arqueando mi espalda separandola del colchón atraje a Mateo más cerca de mi. Lo necesitaba cerca,muy cerca mío. Lo quería para mí y sólo para mí.
Lo sitúe en mis pechos desnudos mientras entrelazaba mis dedos en su cabello oscuro atrayendolo más y más.
Él beso la parte en donde lo ubiqué y luego subió lentamente posando calientes besos hasta llegar a mi boca,mordió mi labio inferior y chupó alrededor hasta entrar y buscar mi lengua,desesperadamente la enrolló junto con la de él casi ahorcadome de esa manera que me encantaba y sólo lo conseguía él.
Se movía de una forma tan placentera. Lento y veloz a la vez. Rápido pero con delicadeza,haciendo círculos con sus caderas.
Fue el mejor sentimiento que pude experimentar en mi vida. Nada me importaba en ese momento,en nada pensaba,nada me detenía,nada me frustraba,nada.
Sólo el y yo,y nuestros cuerpos calientes moviéndose al ritmo.
Sólo éramos nosotros y nadie más que nosotros. Era ESE momento único donde sólo importabamos él y yo,yo y él; Nosotros.
Matt buscó mi oreja,corriendo los mechones de mi cabello y mordió mi lóbulo para después chuparlo creando el cosquilleo más excitante.
Un gemido salió de mi boca y Mateo no me calló. No me besó para cerrar mi boca,no.
Sino que se movió más y más fuerte con más rapidez,que después del primero salieron otro y otro y otros gemidos.
----¿Te gusta?----preguntó él con la respiración acelerada. Asenti y tiré mi cabeza hacia atrás suspirando. Suspirando y gritando sólo y de puro placer
-----Grita mi nombre Vicki. Gritalo----dijo él
Entre gemidos grité su nombre pidiéndole más y más
----No pares. Por favor no pares.¡Matt!----seguidos de gemidos incontables
[...]
Después de la mañana mas placentera,del gozo deleite,del dicho gusto y de sentir el puro placer,la impoluta satisfacción Mateo me besó de ese beso con amor pasivo,delicado y sutil para luego dirigirse a la ducha.
Trás él me encaminé yo.
Me quedé observando como se metía en la bañera cuando me vió...
----Ven amor,bañate conmigo----dijo con una voz llena de dulzura,como miel en la garganta.
Me acerqué tirando la sábana con la que me cubría y me adentré en la bañera.
Coloqué mi cabeza sobre su pecho,mientras él mojaba la esponja llenadola de espuma y recorría todo mi torso con la misma,limpiando mi piel.
