Capítulo 2

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Reino Unido, Inglaterra

Cuando era pequeño mi momento favorito de todo el día, era la hora de dormir, pues mi madre siempre leía cuentos para mí y me arropaba con calidez que siempre caía dormido entre sus brazos. Ahora me gusta dormir porque puedo soñar que están conmigo, que están felices por mi embarazo, pero despierto y vuelvo a mi dolorosa realidad donde ellos ya no están.

—Tienes que despertar Jimin, no puedes dormir todo el día. —

Jimin abrió los ojos con temor y miro a su esposo que estaba a un lado de él, soltó un suspiro y se acomodó en la cama con delicadeza

—Lo sé... Solo que, así puedo recordarlos, es la única forma en la que puedo verlos de nuevo — Patrick agacho la mirada y llevo la mano a su mejilla por el ardor que aún sentía en esta.

—Lo siento, yo no sabía que lo hacía, no quería lastimarte — Jimin bajo la mirada apenado.

—Está bien, no te preocupes, entiendo que no pensaste en lastimarme, pero controla tus impulsos, la gente comenzara a hablar y no quiero que piensen que mi omega y consorte tiene el derecho de tocarme. —

—Claro, eres mi rey, debo de tenerte respeto —Jimin apretó la mandíbula y se levantó de la cama.

—¿Hoy volverás a ir de viaje a algún pueblo? —dijo el omega.

—Sí, iré a la provincia de Hazmet —dijo Patrick sin mucha importancia.

—¿Puedo acompañarte?, —El alfa detuvo sus pasos— Quiero despejarme de todo esto, necesito aire puro.

—Jimin, nunca te he negado algo, pero no creo que eso sea posible. —

—Pero no veo ningún impedimento, si fueras con el consejo lo entendería, pero iras solo, si me dejas ir los demás pensarán que eres un buen esposo, así el incidente anterior lo olvidaran. —

El omega se acercó a su esposo y tomo sus manos en forma de súplica

—Está bien, pero te irás aparte yo mañana me iré y tú deberás irte en dos días para que puedas recibir las cenizas de tus padres, aún no han sido incinerados y se tardaran un día en ser entregadas. —

Patrick dejo en corto beso en los labios de Jimin como despedida y salió de la habitación para dirigirse al carruaje que lo levaría a la provincia de Hazmet.

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Las cenizas le habían sido entregadas un día antes a Jimin así que decidió ir a la provincia un día antes de lo acordado, le daría dos sorpresas a su esposo y estaba seguro de que le alegrarían al menos por un momento, sabía que tenía que seguir con su vida como a sus padres les hubiera gustado y más ahora que cuidaría de otro ser, aunque no descansaría hasta encontrar al asesino de sus padres.

Por qué aún no se encontraba al culpable y eso le hacía sentir más importancia, pero debía de llevarlo con calma, la sabia que pronto se encontraría a aquel asesino.

La provincia de Hazmet no se encontraba lejos, así que llego en unas 2 horas, le gustaba el paisaje verde lleno de flores y el aire verde que se respiraba, era perfecto para poder descansar y aclarar sus emociones y mente. El carruaje se detuvo frente a una hermosa cabaña, era la casa de campo que siempre quiso visitar con sus padres, pero nunca pudo.

—Mi su majestad hemos llegado. — dijo su dama de compañía.

Jimin salió de sus pensamientos y miro a Rose frente a él, suspiro y bajo del carruaje.

Yo Soy El Imperio || YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora