𝑪𝒂𝒓𝒕𝒂𝒔 𝑫𝒆 𝑹𝒐𝒄𝒌 [Izuku x Jirou]

Novena Carta

Un pecoso terminaba sus días de clases, y se dirigía a su casillero emocionado, llegaba a ser su parte favorita del día.

No había día donde no lo alegrara leer las palabras de su enamorada.

Y el aún sin siquiera saberlo quién era, o tener una ligera idea de su identidad.

El no le importaba eso, ya se había vuelto parte de su vida, y aún que ella no quisiera, el algún día la conocería, y tal vez, se podría concretar lo que ambos deseaban.

Uno sin saber quién tenía enfrente, y ella sin saber quién se esperaría en su mente.

El peliverde sacó su carta del día del casillero, y la leyó ahí mismo.

Ya le había agarrado el gusto de que ella le viera leyendo sus queridos obsequios.

⚡♥️

Hey Boy!

Me sorprendió de buena forma tu valentía a la hora de escribir esa carta, era realmente atrevida, para mis gustos.

Y bueno, mis gustos son básicamente todo lo que tú persona haga, así que, me encantó!

Me puse a reflexionar, y tal vez no era tan mala la idea sobre revelarme.

Ya que, bueno, tal vez tengo una mínima y pequeña oportunidad contigo!

Pero todavía no le saco la mirada de encima a esa castaña de cara regordeta, no le guardo rencor, pero que mantenga distancias.

Tal vez... en un futuro no muy lejano, podría hacerme presente. Sabes? Y no me refiero solo en tus sueños. Pretty Boy!

Solo déjame pensando, y tal vez, alguna otra carta me podría ayudar a "orientarme"~

Te amo

- Congratulations

⚡♥️

Maldita sea! Denuevo sonrió con tan solo leer la carta.

Su corazón se aceleró solamente con leer las palabras que daban significado al amor.

El enserio tenía que empezar a expresarse, y no estaría mal empezando por dejar otra carta.

Ya que, mañana sería un gran día, un fin de semana.

Podría dedicarse todo su tiempo a la carta.

Una carta perfecta, mucho mejor que a la anterior, una carta de ruego por conocer a su nuevo y tan palpitante amor.

Tal vez sea cupido quien dejó caer todas sus flechas sobre el chico, o su falta de cariño con más personas, pero el no iba a dejar que la oportunidad de conocer a la chica de sus sueños se fuera de sus manos.

Tan solo pudo darle un ligero beso a la carta.

Esto siendo observado por la autora de dicha obra.

Quien tuvo un derrame por presenciar tal acto, y con solo imaginarse que en vez de ser una carta la que era besada, sino era ella. Ya era suficiente como para dejarla inconciente.

Enserio si amigo amarillo le había pegado lo bobo, o tal vez era ese peliverde que la traía hipnotizada.