𝑪𝒂𝒓𝒕𝒂𝒔 𝑫𝒆 𝑹𝒐𝒄𝒌 [Izuku x Jirou]

Décima Carta

El corazón del pecoso iba a mil por hora.

Estaba apunto de dejar la carta en su casillero para la persona que tanto quería.

Y no era solo ese hecho que lo ponía muy avergonzado, sino el hecho de que estuvo dos días para escribir una carta expresando lo que verdaderamente sentía.

Una verdadera carta de amor.

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Cómo era costumbre, la chica no tan misteriosa a este punto, iba alegremente a dejar su nota que con cariño le realizó al peliverde.

Ella abrió el casillero con plena impunidad mientras una sonrisa que tenía en su cara parecía que nunca se iba a borrar, hizo eso.

Se esfumó y la adrenalina la recorrió al ver una nueva carta de su enamorado.

"Me... hizo caso..."

Un ligero sonrojo hubo en su cara.

Ella tomó la carta con la suavidad de una rosa y lentamente la guardó en su bolso donde llevaba sus pertenencias de estudio.

Pero sin darse cuenta, ella no estaba sola.

- Jirou? -

Ella con pánico volteó la vista hacia donde provenía ls voz, y tan solo pudo ver cómo ahí se encontraba.

Una Mina Ashido se encontraba obsevandola confundida.

- eh -

Eso fue lo único que salió de la mandíbula de la rockera.

- que haces en el casillero de midoriya? Y como es que te sabes su contraseña? -

Realmente esa chica era una piedra en sus zapatos, era increíble como podía llegar en el peor momento posible.

Y se preguntarán ¿cómo es que ella afrontó esa situación?

Siendo una chica extremadamente madura para su edad, nunca dejándose pisotear por los demás, una chica con una fuerza de voluntad y valentía que hacia que no le importaba lo que pensaran los demás de ella.

Una chica siempre serena y que mantuvo bajo llave sus sentimientos que no sean sarcásticos.

Esa chica, con todas esas cualidades...

Tan solo atinó a huir de la escena, cerrando con una extrema fuerza el casillero y correr del lugar con todo lo que sus piernas le daban.

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El peliverde se encontraba saliendo, hasta que es detenido en su casillero por una chica de colores rosados.

Era raro que hablara con ella a solas, ya que, realmente, nunca se dirigeron la palabra en una situación donde solo sean ellos dos, pero esto no le importó a la chica la cual lo asaltó rápidamente.