—Y... ¡Aquí estoy! —exclamo con un tono agudo destapando mis ojos.
Archer se ríe y aplaude con sus pequeñas manitas.
—Y... ¡Aquí estoy!
Una vez más, mi sobrino volvió a partirse de la risa aplaudiendo para recalcar su felicidad.
—Y... ¡Aquí estoy!
Archer se ríe más fuerte, sus ojos entre grises y verdes están achinados por la enorme sonrisa de pequeños dientes que tiene. En los rabillos de sus ojitos se forman pequeñas arrugas que son una clara herencia de Evan. Ver a mi sobrino reír es algo tan bonito, siempre me ha gustado, es una sonrisita infantil he inocente que quiero proteger.
Estuve a punto de volver a cubrir mis ojos para seguir jugando, cuando escucho el timbre de la casa sonar.
—¡Ava! ¿Puedes abrir? —preguntó papá desde la cocina.
—¡Claro, yo voy! —afirmé, levantándome y tomando a Archer en brazos, no podía dejarlo por ahí y correr el riesgo de que vaya a meter los deditos al toma corriente.
Quizá porque... eso haya pasado antes y me gané un gran regaño de mi hermano por haber dejado al niño solo mientras iba al baño un segundo, ¡Pero hey! En mi defensa, me estaba haciendo del uno que ya no podía soportarlo.
De camino a la entrada fui haciéndole cosquillas en la panza a Archer, causando que se retuerza entre mis brazos por las carcajadas. Desde hace un rato que era la encargada de esta pequeña cosita tierna mientras que sus padres ayudan a papá en la preparación de la cena y los otros preparativos de la boda.
Ese evento me tiene realmente emocionada. Dioses, ¡Es la boda de mi hermano! ¿Cómo no estarlo? Ha sido un año entero de planeación, no solo la pareja está contenta, sino también las personas a su alrededor. Todos hemos esperado ese suceso desde hace años, honestamente creí que el primero de los chicos en casarse sería Evan, no Aidan, y resultó ser que mi hermano fue el último de la lista cuando todos pensamos que sería el primero.
Aunque considero que nuestra emoción por esa boda no es en lo absoluto comparada con la de la pareja a casarse. Soy parte del comité de preparación porque soy una de las damas de honor de Bea, (esa propuesta no me la esperé, pero que feliz estuve de aceptar) y casi siempre suelen llevarme a cosas como el tema de las flores, centros de mesa, elegir colores, esos detalles que construyen una boda, y en esas salidas Evan está presente, he oído más de una conversación de esos dos encantados de que vayan a ser esposos.
«Beatríz de Ross Ferguson, suena perfecto» le escuché decir a Evan la semana pasada cuando estábamos viendo los centros de mesa.
No pude pensar en otra cosa que es tierno lo felices y ansiosos que se ven.
Ya frente a la puerta, giré el pomo para abrir.
Y casi dejo caer a Archer por ver a las personas que están ahí en mi pórtico de entrada.
—¡Sorpresa!
Parpadeo, impactada.
—¿Qué...? ¿Cómo es que...?
Él se ríe de mis balbuceos.
—Sí, yo también te eché de menos, ricitos.
Pude salir de mi estupor gracias a la mención de ese apodo. Él me dice así desde que tengo cuatro años.
—¡Aidan, Hazel, guao... que, que sorpresa verlos, chicos!
Ellos sonríen, divertidos por mi reacción. ¡Es que no me esperaba verlos aquí, hoy, ahora!
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Te Elegí A Ti [Loved #3]
Ficção AdolescenteHay momentos en dónde estás arriba y otros dónde estás abajo, y unos pocos dónde solo estás en el medio. Ella conocía lo que era estar abajo, muy, muy abajo, pero también sabía lo que era estar arriba, ahí en esa cima en la que le costó mucho subir...