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JADE
Estábamos de nuevo encima del escenario, esta vez las notas de mi solo, las hacía bien, y me emocionaba tanto que miraba a Georg y el me alzaba los pulgares.
Ni Tom ni yo hemos sacado el tema del señor con el arma, más que nada para que no se preocupen por mi, y mi herida del cuello, está tapada con maquillaje.
-¡Otra vez! -dijo Beth y yo casi me clavo la púa de la guitarra en mi ojo.
-¡Por favor! ¡Paremos! ¡Me duelen los dedos! -le dije desesperada mientras estiraba mi mano y luego la doblaba un par de veces para mover mis dedos. Beth nos miro y asintió despacio, le sonreí y me bajé del escenario, no sin antes dejar mi guitarra.
Me coloqué al lado de Tom porque me hizo una seña. Yo quería ir con Georg, luego le diré algo. Me tumbo en el suelo al lado de Tom y le sonrío.
-¿Qué se le ofrece bello caballero? -le dije con tono jocoso y el me sonrió.
-¿Cómo vas? -me susurró y me senté recta en frente de él.
-No íbamos a hablar de esto -le susurré de vuelta. El sigue preocupado por lo que paso, pero yo no, seguramente sea por lo que Cal me vendió, pero bueno, cosas que pasan supongo.
-Ya, pero no sé. -le puse el dedo en la boca para que no continuara hablando.
-No. -negué con la cabeza.- Nadie se puede enterar Tom.
-Pero -le mire con una ceja alzada- ¿No te dio miedo?
-Tom... ya hablamos de esto... -suspire cansada, pensé que el tema había quedado zanjado. El iba a decir algo pero levante rápido para que la conversación terminará. Pero... Tom es Tom y al parecer se levantó y me agarró delicadamente de la muñeca y me llevo hacia otro lugar, alejados de todos.
-Estoy preocupado -siguió hablando en voz baja, por si acaso.
-Tom -dije en tono de advertencia- No íbamos a hablar del tema -repetí mirando a las chicas y a los chicos, que nos miraron raro por habernos alejado.
Él suspiró y volvió con los demás. Yo suspiré y noté como mi pulso se aceleraba. El tema del señor me ponía bastante nerviosa, cerré los ojos e intenté contar hasta diez pero no funcionó. Fui al baño rápido y abrí una bolsa de pastillas, rápidamente me metí una entera en la boca. Y me miré al espejo mientras mi respiración seguía acelerada. Noté como mi cuerpo temblaba y me asusté.
No me creo que me esté pasando de nuevo, mis manos temblaban y la pastilla no había calmado. Respiraba irregularmente. Abrí la bolsa y me metí otra pastilla, esta vez masticándola a ver si hacia efecto.
Otra vez no, no de nuevo. No me hagas esto. Me mojé la cara, nada funcionaba y yo me iba poniendo más nerviosa.
-Por favor, no de nuevo... -susurré hacia mi misma sentándome en el suelo al lado de la puerta con la espalda apoyada en la puerta pared y abracé a mis rodillas.
