Érase una vez, en un reino muy lejano, un príncipe se vio obligado a elegir un alfa para casarse y compartir el trono.
Pero algo no sale según el plan...
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Namjoon llegó al palacio junto con Taehyung y una vez que se bajaron, lo llevó al interior del palacio.
Seokjin entró en pánico al oír a su hijo gritar por ayuda y se unió a ellos mientras Namjoon lo empujó por el brazo haciendo que perdiera el equilibrio por la milésima vez.
—¡TAEHYUNG! ¡QUE PUTOS PROBLEMAS TIENES TÚ!— dijo alcanzando a su hijo entre lágrimas consolándolo y ayudándolo a levantarse lentamente.
—¿Dónde están los príncipes?— le preguntó a uno de los sirvientes que estaba observando la escena.
—Todos fueron a visitar el reino, no dijeron cuándo regresarían.— respondió ella con la cabeza bastante asustada.
—Puedes irte.— dijo y luego desvió la mirada hacia su esposo e hijo. —En realidad no, esperes.— dijo haciendo que la chica se detuviera de inmediato. —Llévate a mi hijo y encuentra todas las formas posibles de ocultarle esa marca y esa barriga.—
—¡NO!— gritó Seokjin.
—Por favor papá.— lloraba sin voz El menor, desesperado.
La sirvienta se acercó pero Taehyung le resistió. Con una señal del rey alfa, uno de los guardias lo agarró por debajo de los brazos y lo llevó a la fuerza escaleras arriba.
—¡NO TOQUES A MI HIJO! ¡KIM NAMJOON!—
—¡TU LO SABIAS!—
—¡SI, SI LO SABÍA Y AHORA QUE QUIERES HACER!— gritó saliendo las escalera para llegar a Taehyung.
—VOY A CUBRIR TODO ESTO POR AHORA. MAÑANA VOY A HACER DESAPARECER ESA VIENTRE.—
—¡NONO, TU Y TUS IDEAS IDIOTAS NO TOCARÁN A MI HIJO NI A SU CACHORRO, ¿QUEDÓ CLARO?!—
—Seokjin nadie lo quiererá así...—
—¡ME IMPORTA UNA BENDITA MIERDA!—
—¡AH!— un grito ahogado salió de la habitación de Taehyung y Seokjin inmediatamente la alcanzó.
Su hijo estaba arrodillado en el suelo doblado por el dolor, mientras que la sirvienta llevaba un corsé alrededor de su vientre.
—¡VETE! ¡NO VES QUE NO SE SIENTE BIEN!— gritó Seokjin entre lágrimas alcanzando al más joven.
—Pero el rey me dijo...—
—¡VETE!— y la sirvienta salió corriendo de la habitación. Seokjin desató su corsé haciéndolo respirar, y el menor lo abrazó llorando. —Lo siento mucho bebé. Lo siento.—
—Papá... ¿donde está Jungkook?—
—Llegará pronto. ¿Duele?— preguntó y el menor afirmó con la cabeza. Suavemente, el rey omega, ayudó a Taehyung a levantarse y acostarse en la cama. —Quédate aquí. Descansa.— dijo limpiando las lágrimas de su hijo, dejandole un beso en la frente y levantándose para ir con su esposo, pero primero cerrándolo la habitación con llave y poniéndola en su bolsillo.
No iba a ariesgarse.
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