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Segunda parte de " 30 Días OTP MANSTER "
🚨 : Esta parte se enfocará en contenidos para adultos, algunos de estos contenidos puede llegar a perturbar algunos lectores , si no eres de leer este tipo de fanfic's, por favor, ve a otro l...
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Chester.
Estaba sentado en la entrada del Candyland, estaba muriéndome de aburrimiento. Revisaba mí celular en busca de aliviar ese aburrimiento pero me sentía vacío de todas formas, así que decidí ir a dentro, tal vez a mí princesa me animaría.
- Hey Mandy. -Salude con una sonrisa en mí rostro, solo pude notar como ella no me prestó atención- ¿Que haces? -Me apoye en sus hombros, seguían sin prestarme atención- Mandy.
- Estoy ocupada. -Fue lo único que dijo, solo suspire desanimado- Pero, se lo que estás pasado últimamente, Chester.
Arque mis cejas, solo me posicione al frente de mí princesa, me puse de rodillas y apoye mí cabeza en su mostrador, Mandy sonrió.
- ¿Sabes por lo que pasó? ¿De que demonios hablas? -Estaba extremadamente confundido pero tenía esa corazonada-.
- Pasas todo el tiempo solo por mí culpa, somos una pareja casi disfuncional por este trabajo, así que...
- ¿Lo vas a dejar? -Me levanté algo alegre, Mandy solo me miró con desprecio-.
- ¡No, idiota! No voy a dejar el trabajo familiar, si no, lo cerraré, por un día. No dos, solo uno. - Aclaro su garganta- Hoy fui a la tienda de películas y rente unas.
- ¡Noches de películas! ¡Si! -Empecé a dar pequeños brincos de felicidad- ¿Cuáles rentaste?
-Es sorpresa. ¿Eso te gusta no, bufóncito? -Con unos de sus dedos, tocó la punta de mí naríz-.
-Claro, todo lo que tenga que ver estar contigo, es suficiente. -Sonreí y Mandy también lo hizo, solo deposite un suave beso en su frente y fue saltando hacia la salida- Prepararé todo para esta noche, nos vemos en casa, Mandy-Candy -Cerre la puerta del lugar-.
Ya en casa, prepare todo para esta noche especial con mí princesa Habían pasado semanas o incluso meses de que ella y yo no tuvimos ese lindo tiempo para nosotros solos, siempre era ella y su trabajo.
Prepare las palomitas, acomode el sillón; le había puesto una manta y almohadones de nuestra cama, limpie la sala, también heche perfumes que a ella le gustaban, solo me senté y me puse a mirar la televisión
