-CAPÍTULO NUEVE-

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POV HYUKJAE

Se suponía que empezar a trabajar en este lugar nuevo sería sencillo, ser asistente, agendar citas y demás, como lo había hecho en trabajos anteriores. Que mi jefe fuera un joven de mi edad, menor por seis meses, no debería afectar en nada. El punto estaba en que ese jefe había llamado mi atención desde que me lo encontré en el ascensor ese día de la entrevista.

Pensaba que era un colega o más bien otro postulante, no mi jefe. Y yo diciendo idioteces. Idioteces que me consiguieron el puesto claro. Eso y "estar bueno", según los orgasmos que le he dado a mi jefe.

Nunca me había gustado los hombres, ni siquiera besaba a Heechul porque me apeteciera, pero lo había hecho, borracho, pero lo había hecho al final. El caso es que tan lejos de casa y solo, y teniendo la limitación de que sólo podría hablar con él, me nubló la mente y me acabé yendo a meterme entre sus piernas.

No estaba arrepentido, en verdad que no, pero había descubierto que aparte de gustarme tener sexo con Donghae, también comenzaba a gustarme él. Por eso había comentado que nada de sentimientos, y él había aceptado. Estaba más tranquilo con él diciéndolo en voz alta.

Sentía que ocultaba algo, ese "no puedo" no me convencía, pero tampoco teníamos una amistad tan cercana como para contarnos que pasaba.

¿Y qué?, yo también tengo mis secretos.

Como decirle que en realidad trabajo porque me apetece, no por necesidad. Que yo sí que puedo comprarme el penthouse con chasquear los dedos, yo sí que puedo comprar el Clúster de Italia, pero no.

Nadie se puede enterar de lo rica que era mi familia, de lo poderosa que es. Porque como le había dicho a Heechul, no era nuestro, no aún. La abuela seguía viva, y aunque me adoraba, bueno a mí ya Sora, mis tíos no nos dejaban acercarnos a ella ni siquiera le pasaban el teléfono cuando la llamábamos.

Mis padres sabían que iba a morir antes que la abuela, y sabían que nuestros tíos nos "intentarían cuidarnos" solo para quedarse con todo lo que habían hecho en dinero y propiedades, por eso dejaron así el testamento, ya que morir antes de que Sora. , que es la mayor, tendría dieciocho.

La abuela, la última vez que la vimos solo nos dijo que éramos pacientes, que no solo el dinero de nuestros padres sería nuestro, sino también el de ella. Que tenía planes de dejarles nada a esos parásitos chupasangre que "manejaban la empresa".

Si así es, la empresa es una exportadora, tenemos coches, camionetas, remolques, aviones y hasta dos barcos, donde exportamos lo que sea. De eso vive mi familia. Son la empresa número uno en todo Corea del Sur en exportación e importación.

¿Puedo decirlo? No.

¿Me levanté el cuello de los logros de mi papá y abuelo? No, tampoco.

Yo quiero ser bailarín, coreógrafo en sí, debutar de ser posible. Largarme a los Estados Unidos y bailar en Broadway. No es fácil, lleva tiempo, sí, pero puedo con ello, tengo muchos años de estudio y preparación para hacerlo. No me desespero.

En qué estaba, ah sí, bueno Donghae, no se que me pasa, siento que oculta algo, y como dije no puedo contarlo, al menos no aun. Supongo que en su momento lo hará, creo.

De momento, hoy martes he llegado a la oficina antes que él, esta vez no habrá gemidos. Bueno espero que no, que no venga "Han" de nuevo, a darle los buenos días. Y a intentar, porque sí esta vez será un intento, sacudirme el cabello, porque le arranca el brazo de un mordisco.

Le mande un mensaje a Donghae para ver si va a querer su desayuno de siempre, café negro sin azucar y tostadas con aguacate, un licuado de arandanos con plátano y avena, creo que ese le toca hoy, y unos huevos con jamón. Ya han pasado casi veinte minutos desde que lo envié, y aún no responde, ni llega, quiero pensar que tiene una cita. Pero es raro, no tenía nada planeado.

Sí, señorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora