-"pero ved como ya la mañana... Cubierta por la rosada túnica viene pisando el rocío de aquel alto monte oriental" - pronunció casi en un murmuró, mientras se explayaba ampliamente.
A esas horas precisamente el salón estaba vacío, Zoro siempre era él primero en llegar la mayoría del tiempo, le daba tiempo para practicar en soledad y aunque no lo aceptaría jamás en público, le costaba horrores no sentirse intimidado de las miradas a su alrededor.
Ya era la segunda vez que leía la obra y aunque no sabía que papel interpretaría aun, le gustaba practicarlos todos solo por las dudas, de todas formas el creía que para que una obra saliera perfecta cada actor debía conocer también el papel de sus compañeros.
Se encontraba de espaldas a la entrada del salón y no noto cuando el segundo chico ingreso, la primera clase era la de matemáticas y quien habían ingresado era ese chico rubio qué había sido adelantado un curso, solo paso de Zoro y se sentó en su lugar.
El peliverde lo siguió con la mirada una vez lo noto y detuvo lo que hacía, no pudo evitar sentirse descubierto y solo un poco avergonzado, no lo suficiente como para demostrarlo y simplemente se fue a su lugar a seguir leyendo.
Por otro lado, el rubio quien evidentemente es Sanji observó largo rato a Zoro explayarse libremente dentro del salón, no sabía si interrumpir o dejarlo terminar, aun era temprano y en realidad le causó mucha curiosidad como alguien tan rígido con el resultó ser bastante expresivo.
Sacudió su cabeza, de todas formas no era su problema, entro y se fue a su lugar pasando de ese chico con extraño cabello verde.
La clase comenzó y todo parecía ir bastante normal, excepto por sierto muchacho peliverde qué no conseguía entender bien los números, siempre fueron una tortura para él...
Se encontraba sentado al otro extremo del salón y Sanji no pudo evitar verlo de reojo, se veía terriblemente confundido y su expresión era cada vez más terrible a medida que avanzaba leyendo los problemas de la guía de matemáticas, sonrio para si mismo con gracia y continuó en lo suyo.
-maldición - gruñó entre dientes sin conseguir terminar Zoro.
El profesor ofreció a los que iban terminando salir antes y muchos se motivaron a contestar con rapidez, pero Zoro no podía simplemente entregar esa guía de ejercicios así, en blanco, absolutamente frustrado restregó su rostro un par de veces se estaba quedando de últimos.
Para sorpresa de todos Sanji fue el primero en terminar y decidió permanecer allí, debido a que quedaban muy poco alumnos ya, decidió que era un buen momento para seguir con su amplio libro sobre la historia del arroz.
Se detuvo nuevamente sobre el acomplejado peliverde, el profesor frente a él dormitaba aburrido esperándolo y este parecía que en toda la hora no había escrito nada, Sanji río para si mismo y decidió con mucha seriedad cerrar su libro e intervenir.
-¿necesitas ayuda? Es solo una guía con ejercicios simples -comentó con gracia mientras se sentaba junto a él corriendo un poco la silla.
-estoy muy concentrado resolviendo esto - gruñó cubriendo la hoja con sus manos - ahora no puedo hablar...
-entonces ¿me voy? - lo vio de reojo.
Zoro devolvió la vista al frente frunciendo el ceño y finalmente desvío la mirada murmurando un...
-esta bien, en realidad sí necesito ayuda...
-bien, muéstrame qué es lo que no entiendes...
Zoro dudo si debía quitar las manos o no de su guía en blanco, pero finalmente cedió cuando Sanji se la arrebato, allí solo había un par de garabatos, números borrados y cosas que no entendió, alzó la ceja y vio al peliverde rojo hasta las orejas enseñarle de forma insistente su nuca.