El joven pelinegro Luffy estudiante de teatro de segundo año, quien resultó ser un muy buen actor debido a su personalidad, puede actuar a la perfección ocultando su extraña relación con Law un chico que conoció a través de Zoro, nadie lo sospecha y él es bueno ocultando lo que sucede, pero, nada pudo hacer cuando abrió los ojos, completamente despelucado y vuelto un desastre, con marcas rojas por todo su cuerpo y un exceso de semen en su parte trasera, solo optó por cubrirse con la blanca sabana cuando la puerta del baño se abrió y lo que vio allí, en un principio pensó era Law más estaba muy equivocado
-¿quién eres? - preguntó confundido.
Desde la puerta del baño, la cual fue abierta de golpe salió una hermosa mujer, Luffy tallo sus ojos un par de veces solo para saber que estaba mirando bien, pues, la mujer lo miro con esa seriedad característica qué se forma en el ceño de Law, traía una toalla amarrada a la cintura y ante el se alzaban con orgullo un par de pecho perfectamente firmes y húmedos por el agua, Luffy no callo en cuenta de inmediato y desvío la mirada más rojo y avergonzado de lo que quisiera, tenía los mismos tatuajes de Law.
-¿cuando te volviste mujer? ¿Es por el agua?... - preguntó confundido.
-pff - soltó una audible carcajada.
"maldición, su risa suena igual" - pensó el confundido muchacho.
-si, es por el agua - respondió con voz suave apoyando ambas manos en su cintura y mirando el colorado rostro del muchacho.
-¡¿es enserio?! - devolvió su vista a la mujer.
Ella sonrio de medio lado y dio un par de pasos para aproximarse al chico y treparse sobre la cama a hurtadillas sobre el.
-¿quieres tocar? - murmuró de forma coqueta viendo como la mirada del chico solo se quedaba pegada en sus firmes pechos.
Luffy trago duro, no entendía nada... Pero en realidad no estaba tan sorprendido como quisiera.
-¿eso estaría bien? - bajo la mirada al notar lo que sucedía.
-claro... Después de todo yo soy Law...
Luffy trago con dificultad, sonaba exactamente como él todo de ella era idéntico a él, su mirada, los labios, el cabello negro...
-No seas tímido Luffy... - susurro muy cerca de su oído dejando un casto beso en el, logrando estremecer al chiquillo quien se apartó un poco mirando sus ojos, incluso el color era igual.
-tu no...
-¿que se supone que hacen? -gruñó desde la puerta la inconfundible voz de Law.
Luffy se asustó tanto que del brinco qué dio sobre la cama consiguió golpear su cabeza contra la de esa mujer apartandola rápidamente.
-¡no es lo que crees! - exclamó más colorado qué nunca.
La mujer sobre el cogio su cabeza quejándose un poco y finalmente se levantó carcajeando un poco, se aproximó al closet y cogio ropa del pelinegro, específicamente una camiseta para cubrirse.
Law la siguió con la mirada con la misma expresión de pocos amigos que siempre tiene en el rostro y finalmente suspiró largamente cuando la mujer se detuvo sobre el para rodear su cuello.
-¿Law no te lo dijo? - se refirió a Luffy.
- ¿decirme que? - alzó una ceja confundido eran realmente la copia del otro.
-este pequeño bastardo es mi hermano gemelo...
-maldición... Somos hijos de los mismos padres... ¿Porque te refieres así a mi?...