Galicinio [omegaverse][Seventeen]

ileum [Meanie]

Wonwoo siempre había tenido algo especial para atraer a alfas extraños, incluso él siendo uno. A menudo era tomado como alguien inferior, mucho más inferior que un omega, alguien que pudieran mandar y de quien burlarse. Desde que era niño fue asi, siempre viendo a los Choi desde abajo esperando a que la familia no lo notara lo suficiente como para resaltar entre los otros empleados. Era algo irritante.

Wonwoo no era un omega, y no era un beta. Era un alfa. Y como alfa...

—No me toques, Mingyu.

Mingyu deslizó su mano sobre su estómago ignorando la orden y lo abrazó por la espalda, su enorme cuerpo caliente envolviéndose en el suyo que lo hacía sentir extrañamente pequeño, pero Wonwoo no era pequeño. Golpeó con el codo a Mingyu y este se negó a apartarse. Así que volvió a hacerlo con mucho más fuerza esparciendo su aroma para quemar su nariz.

Mingyu también era un alfa, el segundo hijo de los Choi despues de Seungcheol y el ultimo hijo del difunto primer marido del líder. Y Wonwoo lo había cuidado desde que eran pequeños. Técnicamente lo crio con apenas siete años. Justo despues de que el padre muriera.

Quizás por esta razón Wonwoo se sentía tan culpable del Mingyu actual.

—Quítate los lentes.— Pidió Mingyu mientras metía las manos debajo de su ropa, y Wonwoo por fin se apartó. —Por favor...

—Estoy trabajando.

Caminó por los pasillos solitarios de la mansión escuchando los pasos de Mingyu detrás de él, a esa hora del día no había nadie dentro de la casa o fuera de sus habitaciones. Quizás Jeonghan y Woozi, pero estos se mantenían en la oficina del segundo y pocas veces molestaban. Así que Wonwoo aprovechaba esas horas para concentrarse y trabajar, y de vez en cuando huir de Mingyu, solo cuando este era especialmente estresante.

Wonwoo entró en uno de los pasillos donde estaban colgando las fotografías familiares; primero había una de un anciano con una enorme familia, despues había fotos más pequeñas en blanco y negro, y despues de esas fotos habían retratos a color. Hasta que Wonwoo llegó a la primera fotografía de Seungcheol, el hijo mayor de los Choi, un niño tan recto y con la mirada vacía que a veces causaba escalofríos. Era apenas un bebé en la primera foto, un bebé sostenido por los brazos de un omega. La segunda fotografía a la que le prestó atención era de un Seungcheol con dos años. Y luego una con tres. Cuatro... y despues una de Mingyu.

Mingyu como un bebé en los brazos de su padre, y Seungcheol a un lado. La siguiente fotografía era igual, solo que un poco más grandes, y la siguiente también, y despues de esa... despues ya no estaba el omega, era solo dos niños y el padre alfa.

Wonwoo se detuvo en esa y miró.

Seungcheol tenía ocho en esa fotografía. Wonwoo tenía siete cuando la tomaron. Y él fue el encargado de hacer que Mingyu dejara de llorar. Recordaba haber abrazado al niño más pequeño, y consolarlo.

Sintió los brazos de Mingyu a su alrededor y su caliente aliento en su oreja.

—Deja de ser tan cruel conmigo...

Mingyu se escuchó casi como cuando era niño. Y Wonwoo sintió asco de que el otro alfa deslizara de nuevo sus manos sobre su piel. Siguió su camino.

Mingyu había perdido a su padre omega, y su padre alfa no les daba suficiente atención, los dejaron a cargo de niñeras que Mingyu odiaba gritándoles y golpeándolas. Solo Wonwoo podía acercarse en ese entonces, así que tuvo que criarlo él, tuvo que cuidarlo y atender sus necesidades mientras crecía. Wonwoo no podía recordar ni un solo momento en su infancia que no estuviera plagado de Mingyu.