Galicinio [Deathline]

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La bebé nació por la noche casi al punto de amanecer, no lloró, no gritó ni hizo un escándalo como otros recién nacidos, y el padre Omega no gritó de dolor o anunció la llegada del bebé, el omega solo se mantuvo en silencio, como si cualquier sonido alertara a depredadores como un animal. El padre alfa tampoco hizo un escándalo, y sus feromonas definitivamente no eran lo suficiente amenazadoras como para advertirle a algún otro alfa. La pequeña familia había nacido casi escondida entre la noche, bajo los ojos de alguien que, para su desfortunio, si haría el ruido necesario para avisarle a otros depredadores que ellos estaban allí.

Hoshi sonrió ante la pequeña cosita en sus brazos, una bebé pequeña y peluda que respiraba con calma las feromonas de sus padres para mantenerse tranquila, miró hacia el alfa que parpadeó con una sonrisa tierna y después al omega que hizo casi lo mismo manteniendo sus labios en linea. Ambos se veían como siervos perdidos, siervos bebés en medio de la noche. Hoshi no era un siervo.

Colocó una mano sobre el rostro de la bebé y apretó para que ella no pudiera respirar, y aunque pudo percibir el miedo de los padres ellos no hicieron nada para salvarla, no lo atacaron, no huyeron, no hicieron un escándalo, solo se llenaron de ojos entristecidos pero nada más. De nuevo, eran siervos esperando a que el depredador escogiera otra presa antes que su bebé. Cuando la bebé comenzó a quejarse Hoshi tenía la opción de apartar la mano o solo presionarla más.

Apartó la mano de la bebé y exhaló una pequeña risa.

ーYa, ustedes son pésimos padres.ー Les regañó acunando de nuevo a la cachorra. ーno tienen ni un rasgo de protección hacia su cria.

El alfa sonrió, muy muy alegre.

ーAhora tiene tu aroma. Eres su papá tambien.ー Jun parecía más contento de lo que debería. Ese alfa idiota.

Pero tenía razón. Ahora la cria se escondía entre los tres aromas, las feromonas tranquilizandola como si Hoshi fuera el padre alfa, pero no lo era, el padre alfa sostenía la mano del omega, y ambos padres lo miraban aliviados, con una sonrisa encantadora llena de felicidad. Como si el nacimiento de su hija hubiera sido en ese mismo momento en el que Hoshi la dejó vivir.

Ah, alzó el rostro y miró el techo.

ーSupongo que lo soy... Ustedes son demasiado idiotas como para tener y cuidar de una cria.

ーLo siento.ー Minghao pidió disculpas.

Hoshi sonrió.

Ahora que tenía una cachorra ¿Lo correcto no sería ver por su futuro? Cosas como una casa estable en lugar de un club nocturno y sirvientes en lugar de prostitutos, cosas como una gran casa y un buen nombre. Hoshi hacia tiempo que no tenía nada de eso y que vivía con calma, nunca le importó en lo absoluto la fortuna de su antigua familia ni la supuesta herencia que le habían dejado después de que todos murieran en el incendió. Él era el único sobreviviente de su familia, el único heredero, pero no había tenido interés en esa parte de su vida. Hasta ahora.

Ni siquiera cuando su asquerosa hija Yume nació tuvo el mismo impulso que tenía ahora de asegurarle un apellido y una buena vida a este cachorra. Esta cachorra que ni siquiera era su hija en realidad.

Todo era culpa de la pareja frente a él. Si su juguete Omega Minghao no se hubiera enamorado de su juguete alfa Jun quizás Hoshi jamás se hubiera sentido así.

Debió enviar a Minghao al sótano desde que lo encontró en la calle. Debió dejar que los compradores usaran al omega insignificante hasta gastarlo y optener la ganancia. Pero Jun habría estado muy triste. Desde que Jun lo vio sucio y con esos ojos de siervo se preocupó por él, convenció a Hoshi de tomarlo y llevarlo a casa, de limpiarlo y hacerlo parte de sus Omegas. Y como Jun había hecho un buen trabajo todo ese tiempo Hoshi se lo cumplió.

Galicinio [omegaverse][Seventeen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora