✰𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 4✰

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— Así que, te llamas Yawara? — pregunto la tierna tortuga menor, la cual miraba entre curioso y cariñoso a la madre de su mejor amiga. La cual aún se encontraba recalculando todo lo que estaba sucediendo.

En el momento en que el de caparazón blando le explicó a ambas afroamericanas la situación, las dos se quedaron completamente impresionadas y destrozadas. En si una noticia como esa no era algo fácil de digerir, algo que ambas damas demostraron con su muy triste esprecion.

Mientras que Miguel Angel seguía platicando con la mujer mayor; con clara ternura y concentración por lo que esta le decía, Donatello se encargaba de explicarle mejor a April como tenia que afrontar el estado de Mikey ahora. Se podía decir que fue un poco mejor que con sus hermanos, después de todo la afroamericana parecía estar un poco más calmada.

Por otro lado, a una diminuta distancia, se podía ver como la tortuga deslizadora intentaba con todas sus fuerzas no llegar a mirar a su hermano mayor y solo concentrarse en el de caja, en cambio Raphael también intentaba no mirar mucho al contrario por lo muy nervioso que se encontraba.

Beso a su hermano. Beso a Leonardo! Ambos se besaron, y peor aún, lo disfrutaron!

Ambos disfrutaron la cercanía del otro, la sensación de seguridad y alivio que se brindaban fue algo majestuoso, una sensación que hace mucho no experimentaban. Al principio Raph creyó que solo sería otro abrazo de consuelo que le daría Leonardo, pero en el momento en que sintió el tacto de los labios del menor sobre los suyos, no pudo evitar corresponderle.

Esos sentimientos que fueron transmitidos ante tal acto, Raphael podía asegurar a ciencia cierta que eran tan reales y profundos. El rose de sus labios con los del deslizante, la presión que ponía mientras que sujetaba las tiras de su bandana y aquel chasquido que hicieron sus labios al cepararse, todo fue como un sueño.

Un sueño lucido, pero un que fue tan real que no tenía, ni quería, que acabará.

Raphael se encontraba muy confundido y nervioso, mientras que Leonardo se encontraba ahogándose en un gran mar de emociones. Emociones de las cuales todas eran verdaderas y muy palpables, aunque siendo él incapaz de expresarlas correctamente.

— Ya le han dicho esto a su padre? — pregunto Yawara hacia las otras tres tortugas, las cuales se miraron un tanto dudosas, en especial Donatello al no saber si sus hermanos ya se lo comentaron a su padre.

— No, aun no se lo hemos dicho — contesto Raphael, el cual sólo recibió un asentimiento decaído por la mayor, la cual dirigió su atención en acariciar la cabeza de Mikey. Era lindo como el menor se abrazaba a ella con cariño.

Mientras que los cuatro adolescentes se quedaron observando la tierna escena en un agradable silencio, este mismo fue destruido tras el repentino chillido que produjo la tortuga anaranjada. Ante el repentino acto, los cinco miraron sorprendidos al menor, el cual frotaba la mano de la mujer mayor en el costado de su cuello para recibir más caricias.

— Awww, no recordaba que los chillidos de Mikey fueran tan adorables — comento la adolescente totalmente encantada por recordar cuando sus hermanos se comunicaban entre chillidos, en especial el de caja.

— Es cierto, Miguel siempre se comunicaba con nosotros de esa forma — comento esta vez Leonardo, quien también recordaba como su hermanito y él se comunicaban de esa manera cuando querían guardar un secreto. Hermosos recuerdos.

Mientras que los mayores se quedaron platicando y recordando momentos del pasado, Miguel Angel se quedó escuchando atentamente lo que conversaban. Era claro que no recordaba ni la más mínima cosa que comentaban dos de sus hermanos y las afroamericanas, además de que lo frustraba demasiado, también le hacia sentir mal el no poder recordar.

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⏰ Última actualización: Nov 14, 2023 ⏰

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