07. El torneo.

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La fortaleza Roja se llenó de flores a orden de la princesa, se mantuvieron iluminados los pasillos y todo se llenó de luz.  Todo en honor a la llegada de la casa Velaryon, parientes lejanos de los Targaryen luego de años de matrimonios entre las dos casas.

Rhaenyra se dio al trabajo de organización un gran banquete en honor a la llegada de los Velaryon, su primera actividad como señora de la fortaleza Roja. Se esmero en que todo fuese perfecto para la noche.

Recibió personalmente a la princesa Rhaenys y a sus hijos Sir Laenor y  Lady Laena Velaryon, en poza dragon los tres eran jinetes de dragón, teniendo en su posesión a Maleys la reina roja, a Seasmoke un precioso dragón plateado y Vagar la legendaria dragona de la conquista, montura de la reina Visenya Targaryen y el dragón de mayor tamaño que se pudiese avistar desde la muerte de Balerion.

La casa Velaryon era una de las pocas casas Valyrias sobrevivientes de la maldición, como los Targaryen. Eran poseedores de una riqueza inigualable, la mayor flota marítima de todo poniente y como si todo lo anterior fuese poco, desde que Lord Corlis Velaryon se desposó con la princesa Rhaenys Targaryen, poseían dragones. Era por mucho la casa más influyentes de todo poniente, ni el oro Lannister, ni la fé Hightower era capaz de superarlos en relevancia y poder. 

—Princesa Rhaenys, Sir Laenor, Lady Laena es un gusto tenerlos con nosotros de nuevo —. Saludo cortésmente, la última vez que se habían visto fue en el funeral de su padre, un suceso nada memorable. — Permítanme extender saludos y la más grata bienvenida a la casa Velaryon en nombre del Rey, que no ha podido acompañarnos debido a sus obligaciones. Pero esta noche estará presente en el banquete ofrecido en su honor.

—Muchas gracias Princesa Rhaenyra, es un placer estar nuevamente en la fortaleza, permítame ofrecer una disculpa en nombre de mi marido, ha venido en barco, acompañado de una fracción de nuestra flota. Llegará mañana. 

—Ahora abandonando la formalidad, es un gusto ver a mis queridos primos—. Abrazo con fuerza a Lady Laena— sobre todo a tí, querida Laena. 

—Juraría que la última vez, yo era más de tú agrado, prima. Me hieres.— bromeó sir Laenor. 

—Hmm no se de donde sacaste esa conclusión, Laena siempre ha sido mi favorita. 

—¡Auch !— exclamó fingiendo estar ofendido. 

El banquete de tercer día de la visita de los Velaryon, ahora con la presencia de Lord Corlis, estaba siendo satisfactorio, elegante y algo informal, perfecto para la ocasión. Las dos familias más poderosas del reino estaban reunidas en la privacidad de la fortaleza, reforzando alianzas.

—Podríamos ir a volar mañana todos juntos— sugirió Lady Laena. 

—Laena adora volar, pero no es necesario que la acompañe su majestad—. Dijo la princesa Rhaenys.

—Tengo al dragón más grande de todo poniente, y no negaré que adoro alardear.— dijo con una sonrisa orgullosa. 

—Es una montura formidable, mi padre fue su jinete— . Le regaló una sonrisa a lady Laena, y alzó su copa— Un brindis por Vagar, la temible dragona de conquista y por su valiente y agraciada jinete, lady Laena. 

—Es admirable verte montar a vagar, me encantaría acompañarte, pero temo que debo finalizar la organización de un torneo. 

𝕯𝖗𝖆𝖌𝖔́𝖓 𝖀𝖘𝖚𝖗𝖕𝖆𝖉𝖔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora