Miedo.

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El fin de semana terminaba, lo que significaba que el lunes estaba más cerca de lo que creían. Para algunos, significaba que las inmensas tareas y proyectos se avecinaban, para otros, como a Park y Jeon, esperaban con ansias el día lunes. Pues eso significaba que se volverían a ver, platicarían, reirían y pasarían un lindo día en compañía con el otro.

Jimin se despidió de su madre, aún se sentía mal en estarle mintiendo. Sabe el dolor que sufrió cuando se enteró que su esposo, (osea el padre de Jimin) era homosexual y no solo eso, la había engañado con un compañero de trabajo, actualmente ya vive con él y es oficialmente su pareja. Su madre sufrió mucho, estuvo en cama varios meses.

Hasta que a Jimin se le ocurrió la maravillosa idea de decirle que le gustaba alguien, era de esperarse que su madre asumiría que era una chica de su escuela, jamás se le cruzo por la mente que se trataba de un chico, el pelirosa por miedo, dijo que si, que le gustaba una chica.

—Toma, para que se los des a tu novia —le dio una caja de chocolates.

—Mamá... —Jimin recibió los chocolates, estaba dispuesto a decirle la verdad pero el sonido de un claxón sonó en su espalda.

—¡Minnie, vamos! —gritó Lia con una sonrisa, quien venía en el asiento trasero, del auto de Jungkook.

Su madre se emocionó, por fin conocía a la chica que su hijo estaba cortejando.

Jimin le dio un beso rápido en la mejilla, subió al asiento del copiloto, Jungkook tenía intensiones de darle un beso al menor, pero este reaccionó antes y le dio un golpe en el hombro, discretamente.

—Arranca el auto ahora —la voz ronca que utilizaba, por un momento habia intimidado a Jeon, hizo caso a lo que le dijo, en unas cuadras después, casi al llegar a la Universidad, decidió romper el silencio—. No vuelvas a hacer eso enfrente de mi madre —dijo viendo a la ventana.

—Pollito, ¿me dirás qué ocurre? —se notaba preocupado, y lo estaba, su lindo chico jamás había actuado de esta manera.

—¿Por qué no quieres que te salude Jungkook? —preguntó Lia, igual de intrigada—. ¿No ustedes estaban saliendo? —cuestionó de nueva cuenta.

—Mi madre no lo sabe —murmuró.

—¿Qué? —dijeron ambos al no poder escuchar con claridad al chico.

Llegaron a la Universidad, Jeon entró al estacionamiento estudiantil. Se detuvieron y miraron al pelirosa, quien tenía las mejillas infladas.

—¡Mi madre no sabe que me gustan los hombres! —alzó un poco la voz. Soltó un fuerte resoplido después de eso.

—¿Por qué no le has dicho? —preguntó Jungkook, siendo comprensivo a la situación.

—Algunos religiosos creen que la homosexualidad es un pecado —bajó la cabeza—, mi mamá es uno de ellos —alzó la mirada, sentía sus ojos picar.

El pelinegro no dudó en acercar al pelirosa para rodearlo con sus brazos formando así, un cálido abrazo.

Lia, comenzó a sobar un poco la espalda de Jimin.

—Jimin, sé que ahora no somos tan unidos pero... Lo fuimos en la primaria, esos años de amistad para mi no fueron en vano —le sonrió, Jimin giró su vista para poder verlo. Claro, sin dejar de abrazar a Jungkook—. Así que, por esos años de amistad te aconsejaré algo, es mejor que se lo digas, claro que tampoco esperes que te dé una platica relajada, pero créeme, es mejor a que te descubra la mentira —Lia sabía lo que era ser rechazado por tu propia familia. La había vivido en carne propia cuando se declaró lesbiana.

Después de eso, la mandaron al psicólogo con la esperanza de que "se reparara". Un profesional les tuvo que decir que su hija no estaba dañada.

La reacción de sus padres fue mala, si, lo fue, pero también Lia provocó que la bomba se hiciera más grande, cuando no les dijeron en su tiempo.

—Créeme que el miedo, siempre será tu peor enemigo...

✧✦✧

El resto de las clases seguían, Jimin le había contado lo sucedido a Nam, quien le dijo algo parecido a lo que Lia le comentó en la mañana.

Sabía que ellos tenían razón, sabía que debía decirle a su madre sobre sus preferencias. Pero el pánico de que lo corriera de la casa, como hizo con su padre, era muy grande.

—Hola pequeño —la voz de Jungkook hizo que saliera de sus pensamientos, el pelinegro sacudió el cabello del menor.

Una pequeña sonrisa se dibujó en el rostro de Jimin.

—Hola Kook —saludó.

—¿Dónde está Nam? —preguntó, mientras se sentaba a su lado.

—Fue a ver al maestro Seokjin, tenía dudas sobre la tarea —contestó Jimin, ambos sabían que debían tener cuidado de no hablar de más, así que Jungkook asintió con la cabeza. Sabía que ahora no era tiempo para sus bromas.

Miró el plato de Park, estaba intacto, él ni siquiera había comido nada.

—No te vi en la clase del profesor Kim —dijo tratando de hacer una conversación.

—No tenía muchas ganas, pedí permiso para faltar —contestó, aún sin verle a la cara.

—¿Aún sigues pensando en lo que sucedió en la mañana, cierto? —preguntó colocando su mano sobre la del menor.

—Jungkook, no sé que haré, no quiero mentirle a mi madre pero tampoco quiero arriesgarme a que me pase lo mismo que a mi padre —sentía un fuerte dolor en el pecho de tan solo pensarlo.

—¿Qué pasó con tu padre? —Jungkook estaba confundido, desde que conoció a Jimin, solo llegó a ver a su papá un par de veces.

Jimin no podía arriesgarse, en la cafetería estaban todos los estudiantes, así que tomó la mano de Jungkook y lo guió hasta donde alguna vez, se escondió de él, cuando había discutido con Lee.

—Él... —hizo una pausa—. Él era homosexual —miró a Jungkook, quien alzó sus cejas sorprendido—, mi madre al enterarse casi muere, después mi padre le confesó que tenía otra relación con un compañero de su trabajo —relataba Jimin.

El pelinegro jamás hubiera creído eso, pero, entendió mucho mejor el por qué del miedo hacia decirle la verdad a su madre.

—Sé que suena una tontería, pero desde ese entonces mi madre comenzó a volverse algo paranoica, no me dejaba tener más amigos que Namjoon —siguió contando, Jungkook frunció levemente el ceño—. Tampoco sabe que su pareja es Jin —el mayor entendió, eso explicaría por qué no lo ha alejado de él.

—Jim, tu situación es muy complicada —dijo sincero. Tomó ambas manos del menor—, pero eso no quería decir que no podrás hacerlo, tómate el tiempo que sea necesario para decirle a tu madre —besó los nudillos, causando que el rojo carmesí se apoderara de las mejillas de Jimin—. Siempre estaré para ti —lo abrazó. Un abrazo lleno de amor y calidez—. Todo estará bien —besó la cabellera rosa.

cliché  ᡴꪫ  kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora