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Eran las 9AM cuando Jay despertó. Jungwon no lo había dejado entrar a la habitación la noche anterior, por lo que el rostro de Corea del Sur, tuvo que dormir afuera, en el salón de estar. Jay estiró sus brazos a pesar del dolor que sentía en todo su cuerpo.

Al sentir un delicioso olor, los pies de Jay
automáticamente se dirigieron hacia la cocina
sin que su cerebro se molestase en ordenarlo. Vió a su manager cocinando el desayuno y luego a Jungwon, sentado en la mesa del comedor con el mentón apoyado sobre su mano izquierda mientras observaba a quien cocinaba.

¿Qué están haciendo?

Ese pensamiento no duró mucho porque Heeseung giró sobre sí y lo observó.

— Jay, apresúrate y come tu desayuno. Tienes que filmar un anuncio publicitario y luego tienes una reunión con Park Sunghoon por la tarde.

Tan pronto como el nombre de Sunghoon fue
pronunciado, Jay dio una mirada rápida a
Jungwon, quien fingió actuar como si hubiese un insecto de dos milímetros sobre la mesa.

— ¿Qué clase de anuncio? — preguntó Jay a Heeseung, tomando una botella con agua del refrigerador y vaciandola sobre el vaso que estaba cerca de él.

— SPAO. Ahh. ¿Te enteraste? Hicieron un contrato con ese Park Sunghoon.

Jay tosió mientras bebía agua, Heeseung llegó
hasta él con un pañuelo de papel en la mano
rápidamente y se lo entregó.

— Gra...— tosió —...cias.

Jay limpió el agua alrededor de sus labios
y barbilla, observando nuevamente a Jungwon
quien actuaba como una estatua.

— Jay, una vez te comenté sobre el anuncio de ropa interior, ¿recuerdas? — esta vez, Jay atrapó a Jungwon removiendose un poco cuando escuchó "anuncio de ropa interior".

— Sí.

— La agencia quiere que decidas por ti mismo, ya que estás casado y tienen miedo que Jungwon pueda molestarse por eso.

— Está bien. Jungwon, ¿qué piensas? — dijo tomando asiento justo frente a Jungwon. Heeseung simplemente los observaba.

— ¿Eh? ¿Yo?

— Sí. ¿Debería filmar ese anuncio de ropa interior o no? Depende de ti. — explicó dibujando una sonrisa en su atractivo rostro y Jungwon odió ese hábito, aunque lo amaba al mismo tiempo.

Jay miró a Heeseung, quien rápidamente
entendió la situación, abandonando la conversación y dejándolos solos en el comedor.

— Está bien ahora, dame tu respuesta.— Jungwon jugó con sus dedos y Jay fijó su atención a aquellos delicados y hermosos dedos que él solía besar y sostener hacia ya un largo tiempo. Ahora él no tenía derecho de besarlos.

— ¿Te reirás de mí si respondo? — finalmente poso su mirada en Jay, con adorables ojos y Jay sonrió.

— ¿Por qué lo haría?

— Tú dime. ¿Lo harás?

— Está bien. No lo haré.

— Sí necesitas posar sin camisa, o solo en bóxers, no puedes.

Jungwon sintió sus mejillas arder alrededor suyo. Su rostro seguramente sería la madre de todos los tomates en ese momento. Jay mordió su labio inferior, tratando de reprimir la risa.

— Cancelare el anuncio diciendo que mi lindo pequeño esposo no quiere que otros vean lo que le pertece solo a él.

— ¡Yah! — Jungwon se puso de pie mientras gritaba, para luego salir corriendo del comedor.

Él no ha cambiado ni un poco.

Jay se hundió en sus pensamientos y de
repente, sintió que era injusto para Jungwon. El más bajo permaneció con una constante y gran cantidad de amor para él, pero Jay había cambiado.

Había cambiado lo suficiente y había decidido no volver a enamorarse de la misma persona otra vez. Todos podían pensar que Jay era solamente un tonto que pensaba demasiado, pero era verdad que él no quería lastimar a nadie nuevamente porque él era un arrogante y egoista que no le importó romper el corazón de alguien para su propio bien.

— Lo siento, Jungwon. No podemos regresar a aquellos hermosos días nuestros.

Jay finalmente dejó el comedor, dirigiéndose al baño, pero no al que estaba en su habitación, porque Jungwon no lo dejó usarlo.

Encendió la ducha, dejando que el agua helada
chocara con su rostro desnudo rápidamente.
Limpió las gotas de agua, pero nuevas volvieron a humedecer su cuerpo por completo.

— ¿Por qué me siento tan pesado? — cerró sus ojos, diciéndole aquello a la imagen que apareció en el espejo frente a él.

La imagen lo observaba con rostro serio. Jay terminó de ducharse rápidamente y luego recordó que no llevó ninguna toalla con él.

— Mierda. Soy un idiota. — se maldijo a sí mismo. Abriendo la puerta del baño un poco para poder observar hacía afuera, buscando a alguien que lo ayudara. — ¡¿Hyung?! ¿Estás ahí?

No hubo respuesta. Jay observó nuevamente tratando de ver si Jungwon estaba ahí. Si no estaba ahí, Jay decidió que correría hasta la habitación rápidamente. No se sentía cómodo pidiéndole a Jungwon que le alcanzara una toalla.

— Jesús, ayúdame. — cerró sus ojos, rogando antes de abrir la puerta por completo. — Bien.

Tan rápido como salió del baño, Jungwon, quien no estaba ahí, chocó contra el amplio pecho de Jay, haciendo que ambos cayeran al suelo.

Park Jay ahora conocía el sentimiento de
vergüenza.

¡¿Qué rayos con esa situación con Jungwon debajo de él?!

Jungwon cerró sus ojos fuertemente, con las
palmas de sus manos sobre el pecho de Jay.

— Yang Jungwon. Por favor. Siento que mi cara está ardiendo.— susurró a Jungwon, pero éste no se movió ni un poco. — Oye.

— No hagas ni un ruido. Heeseung hyung estaba en el salón de estar. Si no quieres que nos vea en esta situación, no digas nada y solo ve a la habitación rápidamente. Seguiré manteniendo mis ojos cerrados.

Jay no sabía por qué, pero Jungwon
realmente lucía demasiado adorable con su rostro afligido. El alto frotó sus labios contra la frente de Jungwon a propósito antes de salir corriendo hacia el cuarto.

Su situación era algo graciosa, pero el corazón de Jungwon estaba latiendo demasiado rápido.

¿Quién podía entenderlos?

— Jesús, por favor ayúdame a detener el latido de mi corazón y devuélveme a la normalidad.

Pero su amor no podía ser detenido.

So, I Married an Anti-fan » jaywonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora