El cielo negro y el viento fresco, una noche perfecta, para podernos amar.
La luna nos observaba con sus ojos plateados, mientras nuestras manos se unían,
en una danza de amor.
Sus rayos nos acariciaban, su brillo nos iluminaba, como si quisiera decirnos, que nuestro amor era especial.
La luna supo entendernos, cuando nadie más lo hizo, guardó nuestro secreto, nos llenó de amor y complicidad.
Ahora, cuando la veo en el cielo, siempre le agradezco su comprensión, por haber sido la guardiana de nuestra historia de amor y pasión.
Y así, en el cielo nocturno, bajo la luna llena, seguimos amándonos, con la confianza de que siempre, guardará nuestro secreto de amor.
-Alex
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Ecos Del Alma
RandomEn el umbral de estas páginas, se abre un portal hacia lo más profundo del ser. Aquí, cada palabra es un susurro del alma, cada verso un latido que resuena con la esencia misma de la existencia. Los ecos que habitan en estos poemas son reflejos de...