La música de la floristería era ni muy alta ni baja, estando en un volumen intermedio para que los clientes pudieran hacer sus compras tranquilos.
Un chico adolescente cargaba con varias cajas que contenían flores, teniendo cuidado con estas caminando para después dejarlas en el suelo.
Sin estar con cosas en las manos, se dispuso a estirar sus articulaciones ya que le dolía de pasar tanto tiempo de pie. Ayudar en el negocio familiar y trabajar en una cafetería, se notaba bastante tras varios meses.
- Buenas tardes.
Respondió de vuelta a las personas que entraron para observar las flores que vendían.
Tranquilamente, HyunJin se puso a tararear la canción que se retransmitía en los altavoces mientras sacaba los objetos de los cartones agachado.
Un chico entró por la puerta principal haciendo sonar a la campana que tenían colocada encima de esta. Sin saber muy bien donde se ubicaban el tipo de flores que quería por ser su primera vez ahí, tímido se acercó a la persona que ya estaba colocando.
- P-perdona, ¿me puedes ayudar?
- Claro, ¿qué es lo que necesitas?
Si ya desde el principio el nerviosismo le tenía a tope, este aumentó al momento de observar la belleza irreal del dependiente, parecía sacado de un cuento de hadas con su cabello rubio largo recogido en una coleta medio alta.
- Un ramo de peonías, es para el cumpleaños de mi madre ya que son sus favoritas.
Pudo articular SeungMin sin trabarse, cosa que le sorprendió porque los nervios le causaban malas pasadas.
- Ven conmigo, te lo voy a preparar. ¿Es hoy su cumpleaños?
Siguió al príncipe azul hasta las flores mencionadas varias veces anteriormente, y asintió por lo que le preguntó.
- Sí, a la tarde lo vamos a celebrar.
Todo el rato HyunJin sonreía, y no era de las veces para dar una buena cara al cliente, si no porque ese chico se veía adorable y tierno.
Ese día cuando los dos tenían 17 años, se conocieron en el local de los padres de uno de ellos.
●○●○
SeungMin frecuentaba tanto el empleo familiar y personal de HyunJin, y todo para poder mirarle de lejos en el segundo sitio, incluso ciertas veces hablarle cuando el contrario le había descubierto.
Cinco años después se habían convertido buenos amigos, saliendo a varios sitios para pasar la tarde.
Un día, decidieron ir a un lugar nuevo de gofres y helados, así que Kim, bastante emocionado por ello, se lo estaba comentando a su vecino y amigo de casi toda la vida horas antes de la quedada.
Pletórico de energía y tiempo después, se despidió de su mayor para irse al lugar de encuentro con Hwang, siendo uno en cuestión de distancia intermedia.
No muy lejos de la zona de parque acordada, visualizó al chico de cabello rubio sentado en un banco pintado de blanco, esperando mientras tenía la cabeza inclinada hacia el cielo despejado pensativo.
De repente le había llegado a la mente, el mismo momento en el que su corazón le avisó de que caería por SeungMin.
¿Y cómo no hacerlo? Cada dos por tres se le encontraba. Si no era porque iba a la floristería, era en la cafetería a lo lejos, estando consciente de todas las veces en que le observaba.
Además de que cuando hablaban, no podía evitar sonreír por las locas excusas que soltaba Kim para que no le pillara ciertas veces.
La ternura que desprendía no era normal mientras se conocían más cuando se consideraron amigos y tuvieron salidas amistosas.
- Jinnie.
Alzó la voz encontrándose ya delante del mencionado, quien al bajar la cabeza y mirada, se contagió con la sonrisa y la brillante expresión de alegría de Kim.
- Parece que el ánimo lo tienes por las nubes, ¿o me equivoco?
Con una risa leve y dulce, se puso de pie revolviendo el cabello castaño de forma cariñosa.
SeungMin asintió energético y dejándose hacer tranquilo, le gustaban mucho los cariños.
Sin desperdiciar más minutos, movieron sus cuerpos para encaminarse al establecimiento nuevo de comida mientras reían sobre sucesos.
Había algo que pasó inadvertido para los dos pero no para las personas a su alrededor, y es que sus manos, chocaban constantemente muriendo por estar entrelazadas, pero ninguno tuvo la iniciativa.
Las 17:30 y ambos entraron a "Koogie", no tardando demasiado en ser atendidos para sentarse e ir dando una ojeada a la carta.
- ¿Qué vas a querer? Yo ya lo decidí.
- Yo también. El gofre de pepitas de chocolate con helado de vainilla me ha entrado por los ojos, lo quiero.
HyunJin vió el tierno pequeño puchero de SeungMin, parecía un niño cuando se trataba de la comida.
Después de hacer una seña a un camarero, le contaron sobre la comida y bebida que les apetecían para que la trajeran en un rato no muy largo.
La tarde transcurrió amena y divertida para Hwang y Kim, siendo una de las más memorables, ya que, hubo circunstancias imprevistas pero con un buen sabor de boca en varios puntos.
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Hold On ◆SeungMin × Stray Kids◆
FanfictionSeungMin tiene siete amigos, pero lo que no sabe sobre todos ellos, es que han ido desarrollando sentimientos por él. ¿Quién ha logrado en ser correspondido? ◆SeungMin × Stray Kids◆