Erik x Ángel (Macho Alfa lemon fic +21)

Capítulo ocho: bodas, bodas y bodas.

Ya habían pasado varios meses (ni una semana hermano) desde que Ángel desapareció.

Pero Erik no iba a quedarse estancado para siempre. Le había tricionado y abandonado a su suerte varias veces.

A partir de ahora haría lo que le diera la gana y no volvería a sufrir más por él (jaja, más quisieras).

Durante varios meses estuvo visitando la isla paradisíaca, viendo cómo la gente se enamoraba, se besaban, follaban, se decían cursiladas (y guarradas) al oído y finalmente acababan casándose.

Sobre todo la boda gitana en la que estuvo presente, fue la que le marcó.

En esa boda gitana, se casaban Estela, la del dúo de los borrachos que le secuestro y gitanillo que era conocido por aquellos lares (sabéis de quién hablo, si no no sería boda gitana you know) y le hicieron a Estela la prueba del pañuelo justo delante de todos, antes de poder casarse con él. Ambos estaban muy felices y enamorados, y ya estaban planeando cuales serían los nombres de sus 9 hijos.

A Erik esa boda le emociono mucho, y le dieron ganas de tener una relación igual de duradera, bonita e icorrompible como la de un matrimonio enamorado.

Vamos, que se quería casar, pa que enrollarnos más.

Así desde ese momento, Erik lleva buscando a alguien que pueda estar con él por siempre jamás.

Y si os lo preguntáis, María y él ya no son novietes, ella ni siquiera le busco.

- ¡Hola a todas! - dijo Erik en una de las salas comunes de las miles de millones de islas paradisíacas.

Allí se encontraban tres chicas muy bellas y hermosas: Elisa, Sara y una chica que hace mucho tiempo le dijo que le buscaría en un futuro.

- ¡Buenas! - saludaron las dos primeras chicas.

- ¡Hola, guapetón! - dijo Alba, guiñándole uno de sus lindos ojitos.

- Estoy buscando novia.

- ¿Otra vez? - preguntó Elisa, ya cansada de que Erik estuviese buscando novias cada dos por tres.

- ¡PUEDO SERLO YO! - chilló Alba, realmente emocionada. - Por favor, Erik, casemonos y vivamos en una linda casita.

- Pero tú me hiciste daño, me diste una patada. - respondió Erik. A pesar de que la idea de casarse con ella le encantaba, pporque ella le gustaba, no podía olvidar lo que le hizo.

- Pero yo he cumplido mis promesas… (BOOM ZASCA) te dije que te buscaría, y eso he hecho. - dijo Alba, al borde de las lágrimas, mientras que Elisa y Sara reprimían las risas.

Erik se dio cuenta de que tenía razón. Ella había cumplido su promesa, no como otros, y a pesar de que no estuviese totalmente enamorado de ella, ella le gustaba muchísimo.

- Vale, pues... - Erik se arrodilló y sacó el anillo de caramelos que siempre tenía guardado para emergencias. Alba se cubrió la boca con las manos mié tras que Elisa y Sara se miraban entre si, al borde de la risa. - Alba de Coracore, ¿Me harías el honor de casarte conmigo y estar juntos para siempre?

Durante unos segundos se mantuvo el tenso silencio.

- ¡SI QUIERO! ¡ERIK TE AMO! ¡CASÉMONOS YA!

- ¿Ahora mismo?

- ¡SI, NO PUEDO ESPERAR MUCHO MÁS! ¡NECESITO SER TU MUJER!

- Si necesitáis a alguien que oficie la boda, lo haré yo. - se ofreció Elisa, intentando no reírse.

- Perfecto, yo seré la dama de honor. - dijo Sara, con entusiasmo.

En apenas unos minutos, todos estuvieron preparados y en sus puestos. (Los novios se vieron vestidos antes de la boda = mala suerte = más trama jijijiji)

Erik entró el primero, justo detrás de la que oficiaria la ceremonia, Elisa.

J

usto entonces, cuando abmos estuvieron colocados en sus sitios, llegó la dama de honor, Sara, junto a la novia, la cual lucia con un espectacular vestido blanco que le quedaba fabuloso y un bonito velo.

Al llegar todos a sus sitios, comenzó la ceremonia.

- Queridos hermanos, estamos aquí para unir a Alba y a Erik, en sagrado matrimonio. Si alguien quiere decir algo, que lo diga ahora o calle para siempre.

- ¡Yo quiero decir algo! - exclamó la novia.

- Adelante.

- Oh mi hermoso y ado Erik que la edad ni la lejanía nos separe nunca. Te amo.

- Nunca te decepcionaré. - respondió Erik, con los ojos llorosos, tomándole de las manos. Las tenía muy suaves.

- Por ti me convertiría en Ángel.

Al escuchar esa frase, a Erik le entraron escalofríos. La mención de Ángel, pr inocente que fuera, le hizo sentir culpabilidad y traición.
(Jajaja eso te pasa por enamorarte de un hombre).

Sentía que le estaba traicionando.

Pero él continuó.

- Que hermoso amor - comentó Elisa. - Bien, empecemos. Erik, ¿quieres tomar a Alba como legítima esposa, y permanecer a su lado en la riqueza y en la pobreza, en la alegría y la tristeza, en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte os separé?

- Si quiero.

- Alba, ¿quieres tomar a Erik como legítimo esposo, y permanecer a su lado en la riqueza y en la pobreza, en la alegría y la tristeza, en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte os separé?

- Si, si quiero.

- Pues yo os declaró marido y mujer. Puedes besar a la novia.

Erik cogió a Alba de la cadera y la besó de manera linda. Se acababa de dar cuenta de que la quería y quería pasar la vida con ella. Le metió la lengua despacio en su boca, buscando la suya. Al encontrarla, comenzaron a jugar entre ellos. Erik bajo sus manos hacia su culo y la acercó hasta ella. Estaba preciosa con ese bonito vestido, pero tenía unas ganas de quitarselo... (Erik eres un puto guarro… espérate a la noche de bodas).

- ¡Vivan los novios! - Gritaron Elisa y Sara, mientras lanzaban arroz al nuevo matrimonio.

Alba y Erik se dieron las direcciones de sus respectivos pueblos, para así poder añadirse al servicio de mensajes rápidos (mejores amigos). Pero en cuanto Erik abrió las puertas, no se imaginaba que algo inesperado estaba a punto de suceder.

Vamos, que le van a poner dos putisimos cachos como dos catedrales. #Erikcornudo