9. Vida

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Cuando llegue el momento

en que la humanidad abra los ojos,

lloraré al son del viento.

¡Nos pondremos de hinojos,

comprenderemos que somos gorgojos!


Y conoceré a muchas

creaturas fantásticas y fuertes.

Y conoceré a una

sirena muy valiente.

Una sirena que no ve su suerte.


Y ella llorará por

esa cola que le impide bailar.

Y ella llorará por

ese profundo mar

que no le permite el mundo explorar.


Y ella estará tan sola

como sola puede estar la tristeza.

Soportará las olas

mientras se encoge y reza.

Ella dirá que le falta entereza.


Entonces llegará,

bailando ballet, la muerte hechicera.

Llegará y tentará,

eterna justiciera,

con danzar libremente, con dos piernas.


Nuestra sirena va a

pensarlo, cansada de su existencia.

Nuestra sirena va a

fluir sintiendo demencia.

Ella será fiel Drogo y sus dolencias.


Agotada la fe,

envejecidos el cuerpo y el alma,

ella buscará ser

la fiereza en la calma;

recibir su muerte batiendo palmas.


Y he ahí, ella por fin

comprenderá lo bello de la vida.

La luz que hirió Caín

y sanó la venida.

Esa luz que fue en ella corrompida.


Porque la vida es eso

que escurre entre las garras de la muerte.

La vida es feliz beso

que te golpea fuerte.

Fuerte, y más fuerte, y más fuerte, y más fuerte...


Ella verá que todos

estamos condenados a vivir

rotos y dolorosos,

mas le voy a decir:

"Mi condena me hace feliz, ¿y a ti?"


Porque esta cruel vida es

una cosa absoluta, inexpugnable.

Esta hermosa vida es

una sirena amable

que renacerá ante lo lamentable.


La vida siempre está,

aunque la aborten, golpeen y sieguen.

La vida siempre está,

aunque el vil la doblegue.

¡Ella vive en las risas, siempre vuelve!


Esta vida no es algo

que agradecer, medir o padecer.

Tú di: "Yo la cabalgo,

no para merecer,

lo hago porque amo creer y fe ser".

CSOL: Cosas abSOLutasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora