Capítulo 2

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Me miré al espejo del pequeño baño de la habitación de hospital de Nadia, la herida tenía un aspecto terrible. A pesar de haber pasado todo un día no se curaba y me estaba empezando a preocupar.

Escuché la respiración acelerada de Nadia y salí corriendo del baño, tenía los ojos abiertos y miraba desorientada la habitación, en cuanto me vio noté como sus pulsaciones disminuian.

¿Cómo era posible que pudiese escucharlo? ¿Me estaba volviendo loco? ¿Sería por la infección de la herida?

Nadia — Me acerqué a ella a paso rápido y agarré su mano con delicadeza.

¿Qué pasó? — Preguntó.

Tuvimos un accidente, un coche nos atropelló cuando huimos con la bicicleta de mi padre — Dije con la voz ronca por la angustia que sentía de verla así.

Nadia era la única persona que se había preocupado y había cuidado de mi todo este tiempo.

¿Dónde está ahora? ¿Tu estás bien? ¿Yo.. has avisado a alguien? — Acaricié su mejilla cuando vi que se estaba alterando.

Mi padre está muerto, algo le atacó pero no saben que fue — Respondí siendo sincero, ni si quiera yo lo sabía.

Dios mío Isaac — Se inclinó hacia arriba y me abrazó.

Menos mal que estás bien, no sé qué haría si te pasara algo — Susurré en su oído.

Tu hermana ha llamado y bueno les he dicho la verdad, que tuvimos un accidente — Asintió y se volvió a recostar — Avisaré a un médico para que venga a verte — Nadia asintió y deje un beso sobre su frente antes de salir por la puerta.

La madre de un compañero, Scott, entró a la habitación y me pidió que me quedara afuera mientras la revisaba, estaba sacando unas gominolas en la máquina cuando alguien se puso justo detrás.

Miré despreocupado y ahí estaba otra vez Derek, me señaló con la cabeza hacia el final del pasillo y lo seguí.

¿Te has curado? — Negué a lo que me preguntó y sin permiso ninguno me levantó la camiseta y me miró con ambas cejas levantadas.

Yo no veo nada — Dijo sonriendo de lado.

Miré incrédulo hacia mi propio estómago y vi que no había ni rastro de lo que había visto hace unos minutos en el espejo del baño.

ARRASTRAME AL INFIERNO (ISAAC LAHEY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora