─🐾❟𝟎𝟎𝟗

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Las calles de la ciudad estaban realmente vacías, Yoongi aún se preguntaba por qué demonios había aceptado cumplirle ese favor a Namjoon, de ser el encargado de comprar las cosas para su hogar. Aunque tampoco era que tuviera elección con las casi cincuenta llamadas que tuvo de su mejor amigo en un solo día, explicándole que no podía dejar solo a Jin por distintas razones, las cuales sinceramente al pálido ya se había aburrido de escuchar.

La curiosidad de saber que se sentía tener a otro como Seokjin causaba que muchas imágenes pasaran por su mente, a pesar de solo haber visto al gatito un día y otros pocos cuando iba a entregar las bolsas, no sabía hasta qué punto esa clase de mininos aguantaban el mantenerse al lado de un humano, y tampoco le entraba en la cabeza como pudieron hacer una mutación a tal grado de lograr que algo realmente fantasioso, friki y raro se convirtiera en esos niños que cualquier hombre tanto hetero como gay desearía follárselos hasta partirlos en dos, si era posible. Es decir, no es que estuvieran en la época de las cavernas, pero la tecnología y sus avances aún lo desconcertaban.

Cuando el rubio pasó por una calle oscura, escuchó claramente un fuerte golpe seguido por una maldición, y dejándose llevar por la curiosidad, inclinó la cabeza hacía dentro de esa pequeña calle, para intentar divisar lo que estaba ocurriendo.

Le sorprendió ver a un sujeto grande, gordo y con una gran gorra blanca que parecía un rectángulo con un algodón gigante en la punta. — Un cocinero. — Mejor dicho. Pero esa no era la razón de su sorpresa, sino que detrás de este, o más bien, siendo arrastrado por aquel tipo, venía un cuerpo, un pequeño niño que se removía intentando escapar del tacto del sujeto que lo jalaba desde la gorra unida de su playera.

Yoongi no se inmutó, se mantuvo observando la escena con la mirada más fría que podía tener, no le gustaban esos tipos de maltratos, pero tampoco comprendía el porqué de este, es decir, quizás aquel pequeño de cabello azul había intentado robarle al sujeto y este lo logró atrapar, sin embargo, el rubio aún pensaba que el tipo se estaba pasando un poco.

— Como te vuelva a ver queriendo robar en mi cocina te juro que no la cuentas, fenómeno. — La voz del tipo enorme resonó en los oídos del rubio, observando como lanzaba el delgado cuerpo del chico fuera del callejón, directo a la calle principal, justo frente a Yoongi, pero muy por el contrario de lo que esperaba, el sujeto ni se inmutó cuando lo vio. — A ver si te mueres de hambre de una puta vez.

Ahí fue cuando el pálido pudo verlo, por unos instantes, se perdió en los dos bultos azules que sobresalían de su cabello, al igual que una cola se meneaba a un lado, mientras el chico se intentaba incorporar con pesadez y con una notable mueca de dolor, no sabe si debido a la cantidad de golpes que había recibido o al último cuando lo estrelló prácticamente contra el suelo. Yoongi se quedó aún más sorprendido al oírlo decir. — Jódete, viejo estúpido. — Vaya, el gato sabía hablar.

🄽eko 🄲orporɑ𝗍ιon  ✦  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora