─🐾❟𝟎𝟎𝟐

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Después de quedarse minuto tras minuto simplemente acariciando las orejas del gatito, Namjoon comprendió que al pequeño minino le agradaba ese gesto, debido a que cerraba sus ojos y ronroneaba un poco más fuerte, estando aún sobre su regazo

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Después de quedarse minuto tras minuto simplemente acariciando las orejas del gatito, Namjoon comprendió que al pequeño minino le agradaba ese gesto, debido a que cerraba sus ojos y ronroneaba un poco más fuerte, estando aún sobre su regazo. Si él podía ser sincero, en realidad Jin tenía muchas actitudes de un felino, pero no le molestaba, eso no quitaba que fuera, para él, la criatura más hermosa del planeta.

Con simplemente verlo, el mayor notaba el precioso color rubí brillante y hermoso de su mirada tan cargada de vida y de inocencia; esa piel suave, como la de un niño -bueno, Namjoon, es que técnicamente es un niño- pero definitivamente él podría volverse adicto a simple roce de su piel. Más de una vez ya había sentido al minino estremecerse cuando tocaba un punto en sus orejitas que le causaba cosquillas, y el pelinegro no evitaba sonreír ante eso.

Bajando la mirada, observó la traviesa cola del menor, quesi bien él estaba relajado, la punta de esa larga extremidad se movía de lado a lado, en lo que Seokjin continuaba sosteniendo el vaso con las dos manos, sin querer derramar nada, ya lo habían golpeado mucho por eso y aunque se consideraba un poco torpe, aprendía la lección a la tercera o a la cuarta vez.

De hecho, aún existían cosas que el gatito no entendía, como la razón por la cual el moreno le estaba acariciando las orejas de esa manera tan delicada, quizás era porque había podido pronunciar su nombre y ahora merecía su premio, un perfecto premio lleno de caricias. La gran mano de Namjoon se pasaba de una a otra de sus gatunas deformidades sin ningún problema, causándole cosquillitas de vez en cuando. No era que se quejara, eso se sentía extremadamente bien.

Pasados unos minutos más, Jin aún tenía el vaso a medio tomar, pero lo alejó de sus labios para luego relamerlos, quitándose todos los restos de leche. Miró hacía su cola, subiendo luego la vista a al más alto. Ese chico había sido muy amable con él ¿Cómo podía agradecerle? No, el pequeño felino sentía que ya no era suficiente un simple beso en la boca, así que miró a Namjoon de nuevo y sin decir más, volvió a cortar la distancia entre sus rostros, atrapando sus labios en un lento beso.

Seokjin jamás había besado a nadie antes. Por raro que parezca, durante sus quince años de vida, o lo que recordaba, siempre lo tenían encerrado en una zona diferente a los demás gatos, solo junto a unos pocos más. Él creía que era porque se portaba muy mal, ya que lo que sí solían hacer, era golpearlo sin piedad alguna hasta dejarlo en el suelo, lleno de moretones y largos raspones.

Claramente nunca en su cabeza y jamás en la cara, y según escuchó decir a uno, era porque tenía que mantenerse bonito, como una puta sin estrenar. Sin embargo, Jin aprendía.

A diario veía a los otros ser sacados de sus jaulas a tirones de cabello, los escuchaba llorar, gritar, algunos maullar; otros decían palabras cortas, quizás fue de ahí que aprendió a decir sí y no, también reconoció que su nombre era Seokjin por las miles de veces que al golpearlo, con esas sonrisas oscuras y perversas, gritaban el "Seokjin, eres un buen gato" ya que nunca se oponía a los golpes, y de hecho, supuso que de eso se trataba su vida.

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